AFP

Un grupo armado libio que actúa de policía en Trípoli anunció este sábado que había cerrado las puertas del Comic-Con y detenido a sus organizadores, al considerar que el festival de cultura pop atentaba contra "las costumbres y el pudor".

El viernes, cientos de jóvenes acudieron en Trípoli a la apertura de la segunda edición del Comic-Con Libya, que debía continuar este sábado, disfrazados de sus personajes manga o de animación preferidos.

Según uno de los participantes, la Fuerza de Disuasión entró en la sala donde estaba organizado el festival, detuvo a los organizadores y se llevó los ordenadores.

Esta fuerza leal al Gobierno de Unidad Nacional (GNA), con sede en Trípoli y apoyado por la comunidad internacional, está formada fundamentalmente por salafistas y controla sobre todo el este de la capital.

Actúa como una policía en Trípoli y persigue tanto a traficantes de droga o alcohol como a personas sospechosas de pertenecer al grupo Estado Islámico (EI).

Considerado uno de los grupos armados más disciplinados, ganó influencia desde la instalación del GNA en Trípoli, en marzo de 2016, tras haber logrado contener el crimen organizado en la capital libia.

Al detener a los organizadores del Comic-Con, la Fuerza de Disuasión consideró que era "necesario abordar estos fenómenos destructivos y combatirlos". Precisó que los organizadores serán presentados "a la fiscalía por atentar contra las costumbres y el pudor".

"Este tipo de festivales importados del extranjero explotan la debilidad de la persuasión religiosa [de los adolescentes] y su fascinación por las culturas extranjeras", explicó el grupo armado.

El fenómeno Comic-Con nació en 1970 en Estados Unidos, cuando algunos "geeks" empezaron a intercambiarse cómics de superhéroes. Desde entonces, este tipo de festivales fueron propagándose por todo el mundo.

Desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, en 2011, las sucesivas autoridades de transición han fracasado en su intento de establecer una policía y un ejército regulares capaces de restaurar el orden en un país controlado por cientos de milicias.

Publicidad