por Emmy VARLEY Ursula HYZY

AFP

Los dirigentes del G7 definieron este viernes en Japón el crecimiento mundial como "prioridad urgente", sin ocultar sus divergencias sobre la mejor receta para reactivar la economía y el esfuerzo de cada uno.

Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Canadá y Japón también manifestaron su "preocupación" frente a la agravación de las tensiones marítimas en Mar de China meridional y oriental y exhortaron a la solidaridad internacional en la crisis de los migrantes.

En las discusiones del jueves y el viernes, los siete países industrializados se enfrentaron en torno al equilibrio entre las tres herramientas para reactivar el crecimiento: gasto público, política monetaria flexible y, a largo plazo, transformaciones económicas y sociales.

En la declaración final, los dirigentes del G7 "reiteraron su compromiso de cara a utilizar todos los instrumentos de política económica -monetaria, presupuestaria y estructural- individual y colectivamente".

Reunidos en Ise-Shima, al borde del mar, los dirigentes estimaron que el crecimiento mundial seguía siendo "moderado" y persistía el "riesgo de un crecimiento débil".

Sobre las reformas de fondo de sus sociedad y economías, los siete países se comprometieron a "seguir con las reformas estructurales para reforzar el crecimiento, la productividad y el potencial de producción y dar ejemplo respondiendo a los desafíos estructurales".

Un punto en el que Alemania insiste desde hace años.

Pero en lo inmediato, una salida del Reino Unido de la Unión Europa tras el referéndum del 23 de junio supondría un grave riesgo para el crecimiento mundial, declararon Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Canadá y Japón.

Los dirigentes de los países del G7 expresaron su preocupación ante la agravación de las tensiones marítimas en los mares de China meridional y oriental, al término de una cumbre de dos días .

El texto no cita ningún país en particular pero la alusión a China, resulta evidente.

Las tensiones se agravaron los últimos tiempos en el mar de China meridional, reivindicado en su práctica totalidad por Pekín, que ha construido allí unas islas artificiales, para enfado de países como Vietnam y Filipinas.

China, que en la víspera había declarado que la cumbre no se metiera "en temas que no le competen", provocará probablemente una reacción de la diplomacia china.

En la víspera, el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, había exhortado al G7 a que adoptara una posición "clara y dura en todos" los litigios territoriales, ya sea en mar de China o en Ucrania.

"El test de nuestra credibilidad en el G7 es nuestra capacidad a defender nuestros valores comunes".

Con respecto a la crisis ucraniana, los dirigentes afirmaron que las sanciones contra Rusia podrán ser "suspendidas cuando los rusos cumplan con sus compromisos" y, al mismo tiempo, advirtieron que, si fuera necesario "adoptarían nueva medidas".

El G7 sin embargo consideró importante "mantener el diálogo" con Moscú.

La crisis de los migrantes que afronta Europa es un problema "mundial" estimaron este viernes los dirigentes del G7, que, según un responsable japonés, tuvieron una discusión muy animada sobre el tema.

"El G7 reconoce que los movimientos de migrantes a gran escala representan un reto mundial que requiere una respuesta mundial", según la declaración final publicada al término de una cumbre en Japón.

La lucha contra el terrorismo ocupó una buena parte de las discusiones. En particular el "plan de acción" contra el financiamiento preparado por los ministros de Finanzas y los directores de los Bancos Centrales del G7 en Sendai, norte de Japón.

Una de las sesiones de la cumbre estuvo dedicada a la protección del patrimonio artístico contra los ataques.

"Reafirmamos sin ambigüedad que estamos determinados a rechazar el pago de cualquier rescate a los terroristas", indicó la declaración final de la cumbre.

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