Más de 2.500 agentes participaron en la Operación Contención, un megaoperativo lanzado por la policía de Río de Janeiro para desarticular al Comando Vermelho (CV), una de las facciones criminales más poderosas del país.

El objetivo principal era capturar a Edgar Alves de Andrade, conocido como “Doca” o “Urso”, líder del CV y uno de los delincuentes más buscados del estado. Sin embargo, pese al despliegue masivo de efectivos, vehículos blindados, drones y helicópteros, el narco logró escapar.

El saldo de la operación fue devastador: al menos 132 muertos, decenas de heridos y más de 80 detenidos, en lo que las autoridades describieron como la redada más sangrienta de la historia de Brasil.

Según el secretario de Seguridad Pública de Río, Víctor Santos, Doca habría usado a sus “soldados” como barrera humana para distraer a las fuerzas policiales y asegurar su huida.

“Es una estrategia que utilizan: dejan al frente a los soldados del narcotráfico para obstaculizar la captura de los líderes”, explicó la autoridad al medio brasileño GloboNews.

El ascenso de Doca

Nacido en 1970 en el estado de Paraíba, Doca creció en la peligrosa comunidad de Vila Cruzeiro, dentro del complejo de la Penha, una de las zonas más conflictivas de Río.

A mediados de los 2000 fue detenido por porte ilegal de armas y tráfico de drogas, pero logró reducir su condena alegando ser militar. Al salir de prisión, ascendió dentro del Comando Vermelho, hasta transformarse en uno de sus máximos jefes, solo por debajo de Marcinho VP y Fernandinho Beira-Mar, ambos encarcelados.

Hoy, las autoridades lo consideran el rostro más violento del crimen organizado carioca, un hombre implacable que impuso su poder en barrios enteros de la zona norte.

El historial delictivo de Doca es tan extenso como brutal. Registra 176 antecedentes penales distribuidos en casi 190 páginas, que incluyen delitos como homicidio, tortura, tráfico de drogas, asociación criminal y porte ilegal de armas.

Está acusado de ser el autor intelectual del asesinato de tres niños en Belford Roxo, en 2020. Los menores, de 8, 10 y 12 años, fueron torturados y asesinados por una disputa menor con un traficante local.

En 2023, su nombre volvió a aparecer en los titulares cuando tres médicos fueron ejecutados por error en Barra da Tijuca tras ser confundidos con miembros de una milicia rival. Al descubrir la equivocación, Doca habría ordenado matar también a los sicarios que ejecutaron el crimen, para eliminar cualquier rastro.

Además, se le vincula con intentos de rescate armado, emboscadas a la policía y la introducción de drones lanzagranadas durante los enfrentamientos más recientes.

Un imperio criminal en expansión

Pese a las capturas de sus principales rivales, el Comando Vermelho logró recuperar terreno bajo su mando. Entre 2022 y 2023, la facción aumentó en un 8,4% las zonas bajo su control, alcanzando el 51,9% del territorio dominado por grupos armados en la Región Metropolitana de Río.

Las autoridades brasileñas lo describen como un criminal metódico, calculador y despiadado, que combina violencia extrema con estrategias tecnológicas.

Actualmente, el gobierno de Río ofrece una recompensa inédita de 100 mil reales (unos 17 millones de pesos chilenos) por información que conduzca a su captura, una cifra que solo había sido igualada en el año 2000 para el capo Fernandinho Beira-Mar.

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