Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, el Parlamento de Australia prohibió que los hombres que no fueran blancos se enlistaran para luchar.

Era necesario tener un "origen o descendencia suficientemente europeos" para poder combatir en el bando de los Aliados con las fuerzas australianas.

Pero más de 400 soldados de origen chino fueron a la guerra y algunos de ellos participaron en la batalla de Galípoli (conocida también como de los Dardanelos) contra las tropas otomanas.
Eran descendientes de los aventureros chinos que llegaron a Australia a finales del siglo XIX durante la fiebre del oro.

Uno de ellos, llamado Billy Sing y apodado "El asesino", fue reconocido como un verdadero héroe.
Sing era un cazador de canguros de padre chino y madre inglesa que provenía de una zona rural de Queensland.

Se unió al ejército con 28 años en 1914, burlando la ley que también afectaba a los aborígenes australianos.

"Tenías que esconder tu origen indígena, porque si no podían repudiarte y lo hacían en algunos casos", explicó Robin Prior, de la Universidad de Flinders, a la agencia AFP.

En abril de 1915, efectivos de la Fuerza Imperial Australiana llegaron a Galípoli junto con soldados británicos, franceses y neozelandeses.

Para Australia, la campaña fue un desastre. De los 60.000 soldados que participaron, murieron 11.500.

El ataque sobre la península, que pretendía asegurar una ruta marítima por el estrecho de Dardanelos y capturar la capital otomana, Constantinopla, fue repelido tras ocho meses de batalla y muchas bajas en ambos bandos.

Fue una de las victorias más importantes del imperio Otomano en la guerra.

Sing llegó a Galípoli en mayo de 1915. Iba con el Quinto Regimiento Ligero a Caballo.

"Era un hombre pequeño, de tez muy oscura, con un bigote de color negro azabache y una barba de chivo", contó su camarada Ion Idriess en sus memorias.

Pero él solo logró matar a más de 200 soldados otomanos.

Por sus proezas, entre ellas la de acabar con"Abdul el Terrible", recibió una Medalla al Comportamiento Distinguido.

Sing se casó con una camarera escocesa mientras se recuperaba de una herida de bala que recibió en el frente occidental, donde también fue gaseado.

Por sus servicios en la batalla de Polygon Wood recibió la Cruz de Guerra Belga.

Un "australiano verdadero"

Sing volvió a Australia, inhabilitado para seguir luchando. Su matrimonio se acabó y nunca recibió las tierras que el gobierno australiano prometió a los soldados retirados, explica la página de la cadena australiana Special Broadcasting Service (SBS).

"No había servicios psicológicos para los soldados que volvían, así que él siguió haciendo su vida. Se convirtió en un alcohólico, algo que no es inusual en los soldados que han estado combatiendo durante cuatro o cinco años", explicó a SBS Ray Fogg, de la Asociación del Batallón 31.

Sing murió solo y pobre en 1943, con 47 años. Hasta la década de 1980 sus descendientes no pudieron pagar una lápida para su tumba.

"Era un australiano verdadero, un australiano de corazón, aunque tuviese origen chino", le dijo su sobrino nieto, Don Smith, a la agencia AFP.

"Puso en riesgo su vida para que nosotros podamos tener la que tenemos hoy, como el resto de los hombres que fueron a la guerra".

Australia celebra el 25 de abril el centenario de la llegada de tropas australianas y neozelandesas a Galípoli.

La historia de Sing se esculpió este mes en una lápida de granito negro en el Cementerio de Brisbane.

"Creo que es un hito importante, porque marca el lugar que ocupa Billy Sing en la historia de Australia, la historia de la fuerza defensiva y del ejército en particular", declaró el general retirado Darryl Low Choy, patrón de la Reunión Nacional de exsoldados chino-australianos, según SBS.

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