El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue sometido recientemente a una evaluación médica integral en el Centro Médico Militar Walter Reed, donde los especialistas confirmaron que el mandatario goza de una “excelente salud” y que ya recibió su dosis de refuerzo contra el COVID-19.
El informe, firmado por el médico presidencial, capitán de Marina Sean Barbarella, y difundido por la jefa de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en la red social X, señala que “el presidente Trump sigue demostrando una excelente salud general”.
Uno de los hallazgos más llamativos del reporte fue su edad cardíaca, que “resultó ser aproximadamente 14 años menor que su edad cronológica”, equivalente a la de un hombre de 65 años. El documento concluye que “el presidente Donald J. Trump sigue gozando de una salud excepcional, mostrando un sólido rendimiento cardiovascular, pulmonar, neurológico y físico”.
¿Qué significa tener una “edad cardíaca” menor a la real?
La edad cardiovascular es una medida que busca estimar cuán “joven” o “envejecido” se encuentra tu corazón y sistema circulatorio en comparación con tu edad real. Este cálculo se basa en diversos factores de riesgo como la presión arterial, los niveles de colesterol, el tabaquismo y el índice de masa corporal (IMC), que refleja la relación entre peso y altura. Cada uno de estos elementos influye directamente en el estado de los vasos sanguíneos y el funcionamiento general del corazón, determinando así si tu sistema cardiovascular está en condiciones óptimas o requiere atención.
Cuando la edad cardiovascular supera a la edad cronológica, esto puede ser una señal de alerta: indica que el corazón está envejeciendo más rápido de lo esperado, lo que eleva el riesgo de enfermedades cardíacas, problemas circulatorios o accidentes cerebrovasculares. Este tipo de evaluación es clave para prevenir a tiempo afecciones que, aunque silenciosas en sus primeras etapas, pueden tener consecuencias graves si no se controlan adecuadamente.
Por el contrario, una edad cardiovascular menor que la edad real sugiere un corazón en buen estado, con un flujo sanguíneo eficiente y una menor presión sobre el sistema vascular. En este sentido, la llamada “edad del corazón” o “edad vascular” funciona como un reflejo de la salud integral del organismo. Mantener hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y control médico periódico, puede contribuir significativamente a conservar el corazón joven y fuerte a lo largo del tiempo.