AFP

Casi dos meses después de los mortíferos ataques del 22 de marzo, la economía de Bruselas logra apenas mantenerse a flote, tras un periodo de crisis atizado también por las repercusiones de los atentados de París.

"Si miramos los tres primeros meses de este año, constatamos una disminución de las ventas en la región de Bruselas de cerca de un 15% con respecto al mismo periodo del año pasado", explicó a la AFP Dominique Michel, director de la Federación de comercio y de servicios de Bélgica (Comeos).

"Los atentados tuvieron un efecto acelerador y desafortunadamente, creo que va a tomar mucho tiempo recuperar" los niveles normales de actividad, reconoció.

Los turistas han vuelto de a poco a las zonas de comercio, pero la afluencia sigue siendo menor a lo habitual.

"Durante los fines de semana, constatamos una caída de la frecuentación de entre 25% y 30% para el turismo de ocio, tanto en las atracciones como en los museos y también en los hoteles", precisó a la AFP el director de la Oficina de Turismo de Bruselas, Patrick Bontinck.

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En la quincena justo después de los ataques, la caída fue del 60%.

"Después de lo que ocurrió en Bruselas, hubo grupos enteros de Japón y de Estados Unidos que decidieron anular su viaje", constató Bontinck.

- Comerciantes nerviosos -

En el centro de Bruselas, los comerciantes esperan con impaciencia.

"Justo después de los atentados de París, todo el mundo esperaba la semana de Pascua y el cambio de estación. Y después fue el 22 de marzo", explicó Hadewych Vandeweghe, propietaria de la tienda de "souvenirs" turísticos "The Brussels Corner",

El comercio, que funciona desde 30 años en un local ubicado a unos metros del emblemático Manneken-Pis, ha sufrido con fuerza el golpe.

"Nuestro volumen de negocios es hoy inferior en un 50%", precisó Vandeweghe. El resultado es que es imposible pagar un empleado por lo que la propietaria está sola todo el día detrás del mostrador.

Bruselas, como capital de la Unión Europea, acoge a varias instituciones europeas e internacionales. Allí el turismo de negocios representa el 50% de la actividad, afirmó Bontinck.

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Este sector, menos tocado que el turismo de ocio, repunta de a poco.

"En las últimas semanas, constatamos una reducción de cerca de un 15%. Pero estimamos que debería volver a la normalidad hacia junio", proyectó el director de la Oficina de Turismo.

La taverna "La Brouette", situada en la célebre Grand Place del centro de Bruselas. Habitualmente recibe muchas cenas de trabajo.

"En abril, hubo personas que vienen acá desde hace 10 años que nos llamaron para saber si íbamos a poner guardias de seguridad en sus eventos", destacó Paul-Louis De Gendt, gerente del establecimiento.

- Un periodo difícil -

Los seis últimos meses fueron especialmente difíciles para los comerciantes de Bruselas. El impacto de los atentados, particularmente después del cierre del metro durante varias semanas, se sumó a una serie de medidas impopulares entre los comerciantes y los hoteleros.

Antes de los atentados el negocio ya había sufrido por la instauración de una gran zona peatonal en el centro de Bruselas y por el cierre sucesivo de túneles internos que comunican la cuidad que estaban deteriorados. Después fue el estado de Emergencia posterior a los atentados del 13 de noviembre en París, que paralizó la ciudad.

Suicida de Bruselas, vinculado también a atentado de París

El mes pasado, las autoridades regionales de la zona de Bruselas tuvieron que tomar una serie de medidas de apoyo para la economía, entre ellas una exención temporal de impuestos para la hotelería y un apoyo a las finanzas de las empresas de los sectores más golpeados.

Por su parte, el primer ministro, Charles Michel, anunció el 22 de abril una serie de reducciones de las contribuciones para el sector del turismo y la restauración, incluyendo una extensión de la paga por desempleo temporal, el aplazamiento de las cotizaciones sociales y una suspensión de las multas fiscales.

Los comerciantes son unánimes: esperan sobre todo que el gobierno tome las medidas adecuadas para restaurar la imagen de Bruselas y de Bélgica tras los ataques.

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