La noche del martes, cuando aún nada estaba dicho y las predicciones le daban la presidencia a la demócrata Hillary Clinton, el estado de Wyoming fue uno de los primeros en anunciar sus resultados dándole la victoria a Donald Trump

Sin embargo, para entonces la victoria de Trump en el estado sureño, el menos poblado de Estados Unidos, no era ninguna novedad. De hecho, Wyoming es un territorio de tradición republicana, donde en las últimas doce elecciones ha triunfado el "voto rojo". De hecho, en las elecciones de 2012, Mitt Romey sacó allí su segundo margen más grande.

Y esta vez no fue la excepción. El martes Trump venció con el mayor porcentaje de todos los estados de ganó, con 174.248 de los votos, lo que se traduce en el 70%, y se quedó con los tres votos electorales.

Y no sólo eso. Además, ganó en todos los condados, a excepción de uno: el condado de Teton, donde Clinton se impuso con un 60% de los votos.

Sin embargo, hubo otras dos localidades que sí se tiñeron completamente de rojo: Virginia Occidente y Oklahoma, que fueron el segundo y el tercer estado donde Trump obtuvo mayor porcentaje, respectivamente.

Virginia Occidental le entregó 482.809 votos a Trump, correspondiente al 68,7% del total, sumándole con esto sus cinco votos electorales al republicano.

Este estado, ubicado al sur del país, ha votado en las últimas cuatro elecciones presidenciales por la opción republicana. Y esto se reflejó también en la última elección, donde algunos condados, como Grant y Wyoming, el voto a Trump se ubicó por sobre el 83%.

Oklahoma, en tanto, fue el tercer estado con mayor voto republicano. Aquí Trump ganó con el 65,3% de los votos. 

Fuente: New York Times. 

 

Allí los republicanos han liderado las elecciones presidenciales desde 1968 y Trump continuó con la tradición y se quedó con los siete votos electorales de Oklahoma. 

Wyoming, Virginia Occidental y Oklahoma comparten dos características: los tres son estados donde la economía se sustenta en la extracción de materias primas y en producción industrial, y donde la población es mayoritariamente blanca. De hecho, en Wyoming y en Virginia Occidental, los blancos son más del 90% de la población, mientras que en Oklahoma son cerca del 70%, de acuerdo con el censo de 2010. Lo que no es arbitrario, ya que es ese precisamente el votante al que Trump apuntaba en sus campañas.

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