AFP

El ex presidente marfileño Laurent Gbagbo se declaró este jueves inocente de los cargos de crímenes contra la humanidad, en el inicio del primer juicio de la Corte Penal Internacional (CPI) contra un ex jefe de Estado.

"Me declaró no culpable", dijo Gbagbo, de 70 años, luego que un oficial de la corte de La Haya leyera los cargos contra el ex jefe de Estado, detenido hace cinco años.

El ex presidente, de 70 años, y el ex jefe de las milicias Charles Blé Goudé, de 44 años, están procesados por su papel en la crisis posterior a la negativa de Gbagbo a ceder el poder a Alassane Ouattara, a quien Estados Unidos y la Unión Europea reconocieron como vencedor de la elección presidencial de finales de 2010.

Al igual que Gbagbo, Blé Goudé se declaró inocente de asesinatos, violaciones, actos inhumanos y persecuciones. La ola de violencia desatada después de los comicios dejó 3.000 muertos y concluyó en abril del año siguiente, cuando el ex presidente fue detenido tras varios días de bombardeos franceses.

"Costa de Marfil se sumió en el caos y fue el escenario de violencias incalificables", declaró ante la CPI la fiscal Fatou Bensouda, para quien el único objetivo del expresidente marfileño era aferrarse al poder "por todos los medios".

Bensouda describió "una campaña de violencia organizada" contra aquellos considerados como los opositores de Gbagbo, que incluyó ataques de fuerzas y milicias progubernamentales contra civiles. 

La fiscal, que continuará sus declaraciones de apertura el viernes antes del turno de la defensa a principios de la próxima semana, evocó además el bombardeo de un mercado en el barrio de Abobo en Abiyán, la violación de una mujer en una comisaría o la sangrienta represión de manifestaciones.

"Complot"

Laurent Gbagbo, que llegó detenido, sonriente y vistiendo un traje azul oscuro, lanzó besos a sus partidarios sentados en la galería destinada al público.

Durante la mañana, algunos cientos de partidarios del ex jefe de Estado se congregaron también frente al edificio de la CPI al grito de "¡Liberen a Gbagbo!", mientras ejecutaban ritmos africanos al ritmo de tambores.

"Soñamos ver en libertad a nuestro presidente", dijo a la AFP Marius Boué, quien se desplazó a La Haya desde el norte de Francia.

En Costa de Marfil, la población podía seguir el proceso en pantallas gigantes instaladas a tal efecto.

"Si la verdad sale a relucir, serán condenados", afirmó a la AFP Diomandé Adama, residente de un barrio musulmán de Abiyán, blanco de las atrocidades perpetradas.

Para el ministro marfileño de Relaciones Exteriores, Abdallah Albert Toikeusse Mabri, este un "proceso muy esperado en Costa de Marfil y por las víctimas" de la violencia.

Pero los simpatizantes de Gbagbo acusan a los otros partidos y a Francia, antigua potencia colonial, de estar detrás de un "complot" que dio por tierra con este empecinado nacionalista.

Y, en Abiyán, Michel Gbagbo, hijo del expresidente, cuestionó la imparcialidad de la Corte, al estimar que su funcionamiento podía "mejorar".

El juez Cuno Tarfusser, que preside el proceso, advirtió de cualquier "instrumentalización política". "No es un juicio contra Costa de Marfil", aseguró.

Los acusados se enfrentan en principio a una pena máxima de 30 años, pero los magistrados pueden elevarla si estiman que los crímenes cometidos son excepcionalmente graves.

La esposa de Gbagbo, Simone, fue condenada en Costa de Marfil a 20 años de cárcel por su participación en la crisis.

En el juicio, cuya duración estimada es de cuatro años, deben intervenir representantes de 726 de las víctimas admitidas en la demanda y la defensa.

La acusación afirma disponer de 138 testigos, aunque no todos serán presentados ante la corte, y de más de 5.300 elementos de prueba.

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