Nueva Zelanda levantará esta semana el confinamiento nacional decretado para controlar un rebrote de COVID-19, excepto en Auckland, epicentro de casi todas las infecciones recientes, indicó este lunes la primera ministra Jacinda Ardern.

Unos tres millones de neozelandeses ya no estarán obligados a quedarse en casa a partir de la noche del lunes al martes, y las escuelas reabrirán el jueves por primera vez en tres semanas, dijo Ardern.

En tanto, la ciudad de Auckland, la más poblada del país, seguirá bajo un estricto confinamiento por al menos otra semana.

Ardern indicó que el progreso era positivo, pero que la contagiosa variante Delta "cambiaba las reglas del juego", por lo que las restricciones no podían suavizarse demasiado pronto.

En el resto del país, seguirá habiendo limitaciones como el uso obligatorio de mascarilla o reuniones de máximo 50 personas.

Este brote terminó con seis meses seguidos sin contagios locales en Nueva Zelanda.

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