Los golpes a la candidatura de François Fillon no se detienen. Los supuestos empleos falsos para sus familiares han vuelto aparecer justo cuando se inicia la recta final de la campaña para las elecciones del 23 de abril.

El representante de la derecha será imputado el próximo 15 de marzo por este caso, pese a lo cual anunció que se mantendrá en la carrera rumbo al Elíseo.

"No cederé, no me rendiré, no me retiraré", aseguró.

El derechista aprovechó la ocasión para descargarse en contra de la justicia francesa.

Fillon calificó la decisión judicial de "asesinato político" y agregó que "solo el sufragio universal, y no un procedimiento lanzado ad hoc en mi contra, puede decidir quién es el presidente de la República".

"No me asesinan sólo a mí, también a las elecciones presidenciales", añadió.

Fillon es investigado por haberle pagado cerca de un millón de euros a su esposa e hijos por trabajos que supuestamente nunca realizaron.

Su mujer, Penelope cobró más de 900 mil euros como asistente parlamentaria, mientras que sus dos vástagos recibieron 84 mil euros.

Surgidas estas informaciones, el nombre de Fillon en los sondeos comenzó a caer drásticamente. Hoy se ubica detrás de la ultraderechista Marine Le Pen y Emmanuel Macron.

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