Botas amarillas, gafas y un traje protector. Harley el “Tuerto” está listo para comenzar un nuevo día en una clínica de Ciudad de México.

Este pequeño pug, entrenado como perro de terapia, es el apoyo emocional del personal sanitario que atiende a pacientes con COVID-19 en ese recinto de la capital mexicana.

Primero debe vestirse con su equipo de protección, luego juega dos horas con médicos y enfermeras.

Luciana Ledesma, neuropsicóloga de la clínica, comenta que “ha sido un efecto generalizado muy significativo en términos de amortiguar un estrés psicológico, un estrés afectivo, psíquico, de todo tipo, que nosotros como personal sanitario estamos viviendo diariamente”.

Destacar que muchos de los médicos que trabajaban en esta clínica se mantienen lejos de sus familias por temor a contagiarles. A todos ellos Harley les entrega afecto y les aligera el estrés.

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