AFP

La Iglesia católica alemana se declaró este miércoles "consternada y avergonzada" tras la filtración de un estudio que revela que miles de niños sufrieron abusos ​​sexuales a manos de sacerdotes entre 1946 y 2014.

"Somos conscientes de la amplitud de los abusos sexuales que demuestra el estudio. Nos sentimos consternados y avergonzados por ello", declaró el obispo Stephan Ackermann en nombre de la Conferencia episcopal.

El informe pretende echar "más claridad y transparencia sobre esta página oscura de la historia de la Iglesia" dijo el obispo. 

Sin embargo Ackerman criticó la filtración del documento, encargado por la Iglesia hace cuatro años, antes de su presentación en la conferencia programada para el 25 de septiembre en Fulda, señalando que los miembros de esta asamblea "no fueron informados del estudio en su conjunto". Y que la filtración es "un duro golpe para las víctimas de abuso sexual".

Al menos 3.677 niños, en su mayoría varones menores de 13 años, fueron víctimas de abusos sexuales por parte de 1.670 clérigos, revelaron los semanarios Spiegel y Die Zeit.

Durante tres años y medio, un grupo de investigadores de las universidades de Mannheim, Heidelberg y Giessen examinó 38.000 'dossiers' y manuscritos provenientes de 27 diócesis alemanas y transmitidos por la Iglesia. No obstante no tuvieron acceso directo a los archivos. 

"Cultura del silencio" 

Según el informe, durante décadas la Iglesia ha "destruido o manipulado" numerosos documentos vinculados a los sospechosos, y ha "minimizado" la gravedad y la amplitud de los hechos.

En este contexto, el Papa Francisco convocó para febrero de 2019 a una reunión en el Vaticano de todos los presidentes de Conferencias episcopales para tratar el tema de "la protección de los menores", se anunció este miércoles.

En Alemania, además, en 2017, se dio a conocer un informe según el cual al menos 547 niños del famoso coro católico de Ratisbona fueron víctimas de sevicias entre 1945 y 1992.

En este caso, el hermano del expapa Benedicto XVI y el cardenal Gerhard Ludwig Müller, exjefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, destituidos en 2017 por Francisco, están indirectamente implicados. 

El obispo Georg Ratzinger, quien dirigió entre 1964 y 1994 este coro milenario de niños cantores, dijo que no estaba al corriente de los abusos sexuales. Pero para el abogado de las víctimas, Ulrich Weber, "hizo la vista gorda" e hizo prevalecer una "cultura del silencio".

Publicidad