AFP

Dieciséis personas murieron el viernes por la noche en un accidente de autobús cerca de Verona, en el norte de Italia, en el que viajaban jóvenes húngaros, aunque la valentía de un profesor evitó al parecer un balance aún peor.

La mayoría de las víctimas perecieron carbonizadas, mientras que los otros 40 pasajeros resultaron heridos, una decena de ellos gravemente.

Fotos proporcionadas por la policía muestran el autobús en llamas en una salida de la autopista, durante la noche, y luego su carcasa calcinada, de madrugada.

"Una escena impresionante y devastadora", declaró a la Radio Capitale el director de la policía de carreteras de Verona, Girolamo Lacquaniti.

Los pasajeros eran en su mayoría adolescentes húngaros de entre 16 y 18 años, acompañados por algunos padres y profesores, que volvían a Hungría tras un viaje escolar a la montaña en Francia.

En total había 56 personas a bordo, entre ellas dos conductores.

Según el portal de información húngaro Index.hu, los adolescentes eran alumnos del liceo Szinyei de Budapest.

"Los que estaban sentados en la parte trasera del autobús, se salvaron rompiendo los vidrios, entre gritos y pánico. Un profesor de educación física salvó a muchos de los que estaban a bordo al volver al autobús. Está hospitalizado, con graves quemaduras en la espalda", declaró Judit Timaffy, cónsul de Hungría que acudió al lugar, citada por la prensa italiana.

"Son niños, eso es lo más duro. Todo el mundo piensa en los suyos. Pero el gobierno húngaro hace y hará todo lo necesario para aplacar el dolor de las familias" declaró a la televisión el ministro húngaro de Exteriores, Peter Szijjarto, al borde de las lágrimas.

Gritos y pánico 

"El autobús iba a una velocidad constante y no hemos visto indicios de frenado", explicó Lacquaniti a la radio. El fuego se produjo "algunos instantes después del impacto", explicó.

"En nuestro cuartel hemos acogido a 13 jóvenes que se salvaron tirándose del autobús", añadió.

El drama se produjo a las 23:00 del viernes en una salida de la autopista en San Martino Buon Albergo, cerca de Verona. Algunas victimas murieron al ser eyectadas en el momento del impacto pero la mayoría fallecieron carbonizadas.

Según los primeros elementos de la investigación, ningún otro vehículo estuvo implicado en el siniestro, y el accidente probablemente se produjo por un fallo mecánico, un malestar o el adormecimiento del chófer.

"Aún es muy  pronto para determinar la causa de esta tragedia", aseguró Lacquaniti. La policía ha empezado a examinar las cámaras de vigilancia de la autopista.

En una declaración transmitida por la agencia húngara MTI, el primer ministro húngaro Viktor Orban afirmó por su parte que "la pérdida de nuestros hijos es el mayor drama de todas las familias, comunidades o naciones" y dijo estar "en este tiempo de luto, a través de la oración, con los familiares afectados por esta tragedia

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