(AP) Los intentos tambaleantes de una comisión militar para enjuiciar en Guantánamo a cinco prisioneros implicados en los ataques del 11 de septiembre de 2001 pararon abruptamente hace 18 meses, y un juez tiene previsto resolver el lunes si puede poner fin al estancamiento y reactivar el proceso.

El juez militar que lleva el caso suspendió el proceso en abril de 2014 cuando el abogado de Ramzi Binalshibh — uno de los cinco hombres que enfrentan la pena de muerte por su presunta planeación y asistencia en los ataques— reveló que el FBI había planteado una posible infracción a las normas de seguridad por parte de los integrantes de la defensa del acusado.

Un equipo del Departamento de Justicia presentó un informe sobre la investigación del FBI y concluyó que nadie del equipo de defensa de Binalshibh enfrentará cargos penales esta ocasión, según los abogados que han revisado el documento. El informe será puesto disponible al interés público en la audiencia del lunes.

Sin embargo, el asunto no necesariamente termina ahí. El riesgo de que se presenten cargos penales contra un miembro de la defensa suscitó un posible conflicto de interés entre Binalshibh y su abogado civil, James Harrington, quien cuando menos en teoría enfrenta la perspectiva de acusaciones que conllevarían prisión.

El juez debe decidir cómo resolverá esa controversia.

Una posibilidad podría ser que el juez, el coronel del ejército James Pohl, separe del caso a Harrington, lo que obligaría al gobierno a encontrar un nuevo abogado civil que haya aprobado la acreditación de seguridad y sea competente para llevar un asunto que implica la pena de muerte.

Los abogados que se reunieron en la base estadounidense en Cuba antes de la audiencia dijeron que al parecer el juez ha dejado entrever que determinará que no hay conflicto de interés y que procede la reanudación del caso.

"Él espera que dejemos atrás el asunto del conflicto", dijo James Connell, abogado defensor de Ammar al-Baluchi, al término de una reunión a puerta cerrada con el juez para examinar el caso.

Harrington señaló que no podía tener la certeza de que Binalshibh acepte que él continúe siendo su abogado, aunque cree que el juez está perdiendo la paciencia ante el más reciente de los diversos acontecimientos que han interrumpido o demorado el caso.

"De manera realista, Pohl tiene que analizar esto y decir que el tiempo no está ayudando a nada", según el abogado.

El juez también podría disponer que Binalshibh sea enjuiciado de manera separada a los otros cuatro acusados, opción a la que se opone el fiscal en jefe, general de brigada del ejército Mark Martins, quien podría apelar esa decisión.

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