La base para realizar un juicio político o proceso de destitución de un presidente estodunidense está definida claramente en la Constitución de ese país. Allí, en el Artículo II, Sección 4, la Carta Magna dice sobre el impeachment: "El presidente, el vicepresidente, los secretarios del Gabinete y otros funcionarios administrativos del Gobierno, así como los jueces, pueden ser sometidos a un proceso de impeachment por la Cámara de Representantes y juzgados políticamente por el Senado.”

La Cámara de Representantes toma la decisión, con mayoría simple, sobre el inicio del proceso. Para emitir un veredicto de culpabilidad es necesaria una mayoría de dos tercios del Senado. Es decir, que se trata de un proceso en dos etapas, en el cual primero se decide sobre la culpabilidad, y luego sobre la destitución.

En la historia de Estados Unidos se llevó a cabo el proceso de destitución contra dos presidentes. En ninguno de los dos casos se llegó a emitir un veredicto. Por eso, está por verse si el juicio político contra Trump podría desembocar en su destitución. Estos son los casos.

1998: Bill Clinton y el caso Mónica Lewinsky

Hace 20 años, se inició un proceso de destitución contra Bill Clinton. La razón: el expresidente se vio confrontado con acusaciones de perjurio y de obstrucción de la justicia en el marco del escándalo Lewinsky. En la mira estaba la declaración de Clinton, en la que había afirmado, bajo juramento, que no había mantenido una relación con la entonces becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky. Más tarde, se retractó y admitió que había sostenido una "relación inapropiada” con ella. Como consecuencia de su confesión, fue exonerado de la acusación de perjurio, por 55 votos contra 45, y de la de obstrucción de la justicia, por 50 contra 50. Todos los senadores del Partido Demócrata, del que era jefe, apoyaron a Clinton.

1974: Richard Nixon y Watergate

En 1974, se inició un proceso de destitución contra Richard Nixon por el caso Watergate. El motivo fue un gran escándalo político , debido a un robo de documentos en el complejo de oficinas Watergate, en Washington D. C., sede del Comité del Partido Demócrata de EE. UU., en 1972. Por este robo, la policía detuvo a cinco hombres, que habían tratado de instalar dispositivos de escucha y de fotografiar documentos. Habían sido reclutados por el comité de campaña de Richard Nixon. La presión sobre el recién reelecto presidente creció: en la Cámara de Representantes se formó una mayoría para llevar a cabo un juicio político en su contra. Se preveía que el Senado llegaría a los dos tercios necesarios. Pero Nixon se adelantó a esa posibilidad y renunció a la presidencia. Finalmente, no fue destituido, ni condenado jamás, ya que el proceso de destitución terminó con su renuncia. Su vicepresidente y sucesor, Gerald Ford, le concedió, pocas semanas más tarde, en septiembre de 1974, el perdón presidencial.

1868: Andrew Johnson y la Ley de Permanencia en el Cargo

El tercer caso se produjo más de un siglo antes: en 1868, el presidente Andrew Johnson fue acusado de haber violado la Ley de Permanencia en el Cargo (Tenure of office Act). Dicha ley restringía el poder del presidente de EE. UU. de remover a ciertos titulares de cargos sin la aprobación del Senado. Johnson quiso despedir al entonces ministro de Guerra, Edwin M. Stanton, por diferencias políticas, y nombró, sin la aprobación del Senado, a Lorenzo Thomas para ese cargo. La acusación de sus adversarios era que Johnson no respetó los derechos del Congreso. La Cámara de Representantes votó con una mayoría abrumadora a favor de la iniciación de un juicio político contra el presidente. Pero Andrew Johnson no fue destituido porque no se logró la necesaria mayoría de dos tercios de los senadores por un solo voto.

Donald Trump y la trama ucraniana

Algunos observadores ven en la trama rusa del actual presidente estadounidense, Donald Trump, una especie de Watergate del siglo XXI. El caso gira en torno al presunto abuso de poder por parte de Trump, quien habría presionado a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, a garantizar el inicio de investigaciones por corrupción contra el precandidato presidencial demócrata Joe Biden y su hijo, Hunter Biden.

Los demócratas están analizando en la Cámara de Representantes si la conducta de Trump justifica la apertura de un juicio político. Según las acusaciones, Donald Trump habría actuado de este modo para obtener una ventaja en las elecciones presidenciales de 2020. En el foco de atención está una llamada telefónica de julio de 2019 entre Trump y Zelenski, que fue dada a conocer públicamente después de que un empleado de la CIA presentara una queja de servicio. Dado que, ya antes de la llamada telefónica entre Zelenski y Trump, se retiraron 400 millones de dólares de ayuda económica a Ucrania, ahora también se investiga si esa decisión fue parte de una estrategia para que Zelenski llevara a cabo las investigaciones contra Biden.

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