Un joven chileno que llegó a Estados Unidos para seguir una carrera deportiva terminó atrapado en una compleja trama migratoria. Domingo Ballas, de 19 años, viajó al país con la intención de obtener una beca deportiva, pero su proyecto académico derivó en un episodio que hoy mantiene en vilo a su familia.
El estudiante permanece desde hace dos semanas en un centro de detención para inmigrantes. Su aprehensión ocurrió en Orlando, luego de que la policía lo detuviera junto a un amigo por consumir una cerveza en la vía pública. Mientras el otro joven fue liberado de inmediato, Ballas quedó retenido debido a que su visa había expirado, según informaron las autoridades estadounidenses.
Domingo ingresó a Estados Unidos el 17 de agosto con una visa de estudiante F1, tras ser aceptado por South East Community College. Sin embargo, su decepción con el desempeño del equipo de fútbol lo llevó a solicitar un cambio de institución, un trámite durante el cual, asegura su entorno, se produjo una grave descoordinación. El joven había recibido información de que contaba con dos meses para modificar su estatus de F1 a B2. Para realizar el proceso acudió a Lakeland United, organización dedicada a asesorar a atletas internacionales. No obstante, el Servicio de Inmigración le retiró la visa sin previo aviso.
El relato de su familia revela las duras condiciones que enfrentó durante su arresto. “Estuvo detenido desde las 10 a las 19 horas, llegando 7 horas después a ‘Alligator Alcatraz’ de noche, encadenado desde el cuello, estómago y grilletes en los pies. Recién al día siguiente a las 6 de la mañana logró llamarme y decirme dónde estaba, ya que no dan información ni asistencia alguna en esa cárcel”, señala el comunicado difundido por su familia.
El centro de detención ‘Alligator Alcatraz’’ o “Alcatraz de los Caimanes”, ubicado en el sur de Florida, ha sido objeto de controversia por sus estrictas medidas de seguridad y su papel en el debate migratorio intensificado durante la administración de Donald Trump. Para especialistas, se trata de un engranaje dentro de un sistema que opera con amplio margen de decisión. “ICE está contando con un poder enormemente discrecional y por lo tanto difícilmente puede hablar caso a caso toda la serie de circunstancias que llevan eventualmente a su aprisionamiento”, explica Guido Larson, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo.
El caso de Domingo se suma al de otros ciudadanos chilenos afectados por el endurecimiento de las políticas migratorias. La actual administración republicana ha impulsado medidas para reforzar los controles de ingreso y acelerar las deportaciones. Ante esto, nuestro gobierno sigue los acontecimientos con atención. “Estamos preocupados por su situación, no es una situación excepcional lamentablemente pero lo que sabemos es que ya ha abandonado ese recinto de Alcatraz y está en otro centro de detención”, afirmó el canciller Alberto van Klaveren. En la misma línea, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, señaló: “Sobre su situación migratoria, es algo que le corresponde determinar a las autoridades de Estados Unidos. No obstante, el servicio consular se presta a todos los chilenos que se encuentren en una situación compleja”.
La madre de Domingo viajó a Estados Unidos para intentar agilizar su liberación, aunque denuncia que el acceso a información ha sido limitado y la asistencia escasa. A ello se suma que el extenso cierre del gobierno estadounidense, que se prolongó por 40 días, habría dejado su documentación en un limbo administrativo, agravando aún más su incertidumbre.
El futuro de Domingo Ballas sigue abierto, mientras su familia y las autoridades de nuestro país buscan resolver un caso que expone las tensiones del actual sistema migratorio estadounidense.