Pese a que suena a una epidemia de otra época, la peste aún está lejos de erradicarse. El Ministerio de Sanidad de Madagascar informó el jueves de que 33 personas murieron por la enfermedad y más de 200 están infecadas.

Las autoridades ofrecieron un desglose de las víctimas mortales, pero sí dijeron que en la inmensa mayoría de los casos de infecciones se trata de peste neumónica, la forma más grave de esta enfermedad.

Manitra Rakotoarivony, del Ministerio, dijo que se habían confirmado 155 casos de peste neumónica.

Si bien en el imaginario de muchos esta es una enfermedad propia de la Edad Media, la peste (en su forma bubónica) sigue siendo endémica en países como Madagascar.

En la isla situada frente a la costa sureste africana se registran anualmente alrededor de 400 casos de peste.

La variante bubónica, transmitida a través de moscas, es mayoritaria.

En su forma neumónica, transmitida entre personas, la enfermedad puede matar en un período de entre 16 y 24 horas, si bien es curable si se administran antibióticos a tiempo.

Un brote urbano y de mayor riesgo

La Organización Mundial de la Salud indicó que este último brote es inusual en la medida en que "al contrario que en brotes anteriores, este está afectando a grandes áreas urbanas, lo cual incrementa el riesgo de transmisión”.

Este mismo jueves se cerraron temporalmente dos universidades en un esfuerzo por combatir un brote que está causando pánico entre la población.

La capital de esta isla del océano Índico, Antananarivo, y la ciudad portuaria de Toamasina se han convertido en el epicentro de este brote de peste.

En diferentes puntos de la isla se han producido episodios de largas colas ante las farmacias para comprar máscaras y medicamentos. 

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