Una madre perdió la batalla contra el coronavirus sin tener la oportunidad de poder tocar a su hija recién nacida, en Los Angeles, Estados Unidos.

Vanessa Cárdenas González, de 33 años, resultó positiva en el examen de COVID-19 en noviembre pasado, solo unos días antes de dar a luz, por lo que al momento de nacer su pequeña ‘Heaven’, tuvieron que ser separadas inmediatamente, dijo su familia a la cadena de televisión local KTLA.

“No querían exponer a la bebé, así que la sacaron”, reveló su esposo, Alfonso González.

Tras ser dada de alta del hospital, le dijeron a Vanessa que se mantuviera en cuarentena lejos de la bebé y su familia mientras estaba en casa. “Estaba muy enferma”, recordó Alfonso. “Ella me dijo cuando íbamos a casa, 'Quiero que la bebé esté en la habitación conmigo' y le dije: 'No, Vanessa, no puedes’”.

Según una página de GoFundMe creada para la familia, Vanessa solo vio a su recién nacido en FaceTime (videollamada) mientras estaba aislada en casa. Aunque se esperaba que se recuperara, Alfonso dijo que la condición de Vanessa empeoró rápidamente y llamó a una ambulancia cuando tuvo problemas para respirar.

De acuerdo a los informes, la llevaron de urgencia al Centro Médico de UCLA en Westwood, donde sufrió un ataque cardíaco y daño cerebral. A Vanessa le pusieron un ventilador y no se le permitieron visitas. Murió en el hospital aproximadamente un mes después, el 14 de diciembre, consignó People.

“La parte más difícil para mí es que ella no pudo sostener en brazos a su bebé”, dijo su esposo, quien ahora quedó a cargo de tres hijos: Rubén de 11 años, Joshua de 7 y Heaven, de un mes.

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