La corrupción ha sacudido España en los últimos años, pero en ninguna parte los escándalos han sido tan graves y numerosos como en las Islas Baleares y en particular en Mallorca.

Cuando Jesús Jurado asumió hace varios meses la vicepresidencia del gobierno de esta isla situada en el Mediterráneo y que es uno de los principales destinos turísticos de Europa, dijo que le sorprendió cómo había sido "saqueada por una mafia disfrazada de partidos políticos".

Jurado pertenece al nuevo y ascendente partido de izquierdas Podemos, que gobierna la Mallorca junto a la coalición socialista MES.

Al asumir su puesto asegura que encontró cajones llenos de informes sobre construcciones ilegales, un contrato de 50 años con garantía de beneficios con una firma de gestión de residuos y planes inflados de infraestructuras que incluíancarreteras y túneles que al parecer no llevaban a ninguna parte.

"Vimos autopistas y rotondas de dos niveles cuando hay poco tráfico en una isla que sólo mide 80 kilómetros de largo y que debería ser un paraíso para el turismo. Lo primero que estamos haciendo es corregir a la baja todos los proyectos de infraestructuras", le explicó Jurado al periodista de la BBC James Badcock.

Pero ya es demasiado tarde para evitar la marea de despilfarro y corrupción en una isla que actualmente es la sede del primer caso judicial contra miembros de la familia real española.

La infanta Cristina, hermana del rey Felipe VI, se enfrenta a dos cargos de fraude fiscal, mientras que su marido, Iñaki Urdangarín, está acusado de fraude, malversación, prevaricación, tráfico de influencias y estafa, entre otros.

Catálogo de la corrupción

En los años 90, el primero de una larga lista de escándalos políticos en Mallorca supuso que declararan culpable al presidente del gobierno de las Islas Baleares Gabriel Cañellas por aceptar 300.000 euros (US$335.000) de un constructor al que se le encargó construir un túnel a través de las montañas del norte de la isla hasta la pequeña localidad de Sóller.

El político del conservador Partido Popular (PP) evitó la cárcel, pero los isleños continúan pagando el coste de un túnel construido sin carriles de seguridad y cuyo uso cuesta a cada particular 4,55 euros (US$5), pese a medir sólo tres kilómetros.

A mayor escala, el metro de Palma, la capital de Mallorca, costó 350 millones de euros (US$391 millones), pero sólo lo usan 1,2 millones de pasajeros al año, o 3.288 pasajeros al día, el equivalente a una ruta de autobús concurrida.

En los últimos cinco años, 16 expolíticos del PP de Baleares y ocho miembros de Unió Mallorquina, un partido bisagra que se asoció al PP y al Partido Socialista para gobernar el archipiélago, han sido encarcelados por corrupción.

Podemos dice que quiere llevar transparencia a la actividad pública de Mallorca, empezando con la celebración abierta -por primera vez- de las reuniones del consejo de la isla.

Pero las mejoras reales en la economía local son difíciles de ver mientras los casos de corrupción se apilan y la crisis económica se niega a marcharse.

La caída en desgracia de la infanta Cristina y de su marido parece marcar el fin de una era, al mismo tiempo que se desconcha la pintura del muro exterior de la residencia de verano de la familia real, el palacio de Marivent.

Los exduques de Palma no se han atrevido a usarlo como residencia durante la celebración del juicio. Tampoco lo hubiera permitido el rey Felipe VI, que ha levantado un muro de contención frente a su hermana y su cuñado.

Mallorca, una isla sacudida por la corrupción

  • Tiene una población registrada de 859.000 personas, pero recibe más de 9,5 millones de turistas al año
  • El turismo en todas las Islas Baleares -que incluyen Mallorca, Ibiza, Menorca, Formentera y otras islas pequeñas- generó 12.000 millones de euros ($US13.400 millones), un 45% del Producto Interno Bruto (PIB) del archipiélago
  • El turismo aporta el 11% del PBI de España
  • En 2013, la expresidenta de Baleares, María Antonia Munar, fue condenada a prisión por dos casos diferentes de corrupción
  • Jaume Matas, también expresidente y exministro por el Partido Popular, fue condenado a prisión en 2014 por tráfico de influencias. También está involucrado en el juicio contra la infanta Cristina y su marido, y se enfrenta a cargos por contratos ilegales relacionados con el Palma Arena, un enorme estadio

Mala imagen

Mariano Chellew, de 23 años, es uno de los muchos jóvenes sin trabajo en Mallorca. El desempleo entre los menores de 25 años en las Baleares es del 45%.

Chellew dice que ha pasado 18 meses durmiendo en la calle y se enfurece por lo que considera condiciones de trabajo abusivas para los jóvenes.

"No conozco a nadie que haya tenido contratos de más de tres meses y en la mayoría de los casos, cuando encuentras trabajo, te pagan en efectivo sin seguro social. La gente está harta de esta situación", le dijo Chellew al periodista de la BBC James Badcock.

Pero en la principal compañía de construcción y restauración de yates de lujo en la isla, Astilleros Palma, aseguran que no pueden encontrar gente local capaz de asumir los trabajos que ofrecen, por lo que tienen que llevar trabajadores de otros países.

La crisis y la mala imagen que genera la corrupción en Mallorca ha tenido un impacto en los negocios.

Ahora la gente con dinero prefiere no mostrarlo y se centra en el mantenimiento básico de los barcos, dice Astilleros Palma.

Para Kathy da Costa, una profesional de medios de comunicación de 42 años que se mudó a la isla desde Venezuela, encontrar un empleo ha sido difícil.

"Mallorca es un paraíso para las personas ricas, pero la gente debería mirar con más atención al otro lado. La corrupción está haciendo que la gente quiera irse a otra parte".

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