Por AFP

Manifestaciones gigantes en Nueva York, Washington, Los Ángeles, Chicago y el regreso a las calles de los gorros rosas: la "Marcha de las mujeres", que desafió a Donald Trump un año atrás, conoció su segunda edición este sábado, alentada por el movimiento #Metoo y las elecciones de noviembre próximo.

Si bien no se conocían cifras oficiales de participación, se estimaba en varios centenares de miles las personas que manifestaron este sábado en más de 200 ciudades de Estados Unidos.

En Los Ángeles, segunda ciudad del país y bastión demócrata -al igual que Nueva York y Chicago-, los organizadores reivindicaban más de 400.000 participantes

Mientras los manifestantes denunciaban las políticas del gobierno, el presidente Donald Trump intentó voltear las cosas a su favor: en un tuit llamó a salir a la calle a "celebrar los históricos logros y los éxitos económicos sin precedentes de estos 12 últimos meses".

La tasa de desempleo femenino es la más baja en 18 años!", proclamó. 

En Nueva York, una multitud colorida e integrada en su enorme mayoría por mujeres comenzó desde la mañana a invadir una avenida que rodea el sector oeste del Central Park hasta el Trump International Hotel, uno de los hoteles del imperio inmobiliario del presidente.  

Tras una serie de discursos -a cargo de las organizadoras de la marcha pero también de celebridades como la actriz Whoopi Goldberg- el cortejo debía tomar la Sexta avenida y luego dispersarse. 

"¿Por dónde comenzar? Hay demasiadas cosas que están mal y no puedo elegir", dijo LeighAnn Ferrara, una madre de 35 años interrogada acerca de qué la había llevado a trasladarse desde el norte del estado de Nueva York junto a dos vecinas para manifestar.

Un formidable impulso 

"Estamos realmente mal, hay una erosión de la democracia", dijo su amiga Althea Fusco, de 67 años, que volvió a colocarse el gorro rosa que ella misma había tejido para participar en la primera marcha de las mujeres, realizada hace un año en Washington, al día siguiente de la investidura de Donald Trump.

Conocidos como "pussy hats", esos gorros de lana rosa con orejas se volvieron una sensación durante la primera "Marcha de las Mujeres" como protesta a los alardes sexistas de Trump -recogidos durante una grabación- de que era capaz de "agarrar por el coño" a las mujeres que deseaba con impunidad.

Los carteles llevados por los manifestantes y los discursos reflejaban la multiplicidad de los motivos de protesta: desde la defensa de los derechos de los inmigrantes hasta el reclamo de una mayor igualdad de género, pasando por las acusaciones de incompetencia formuladas contra el presidente Trump.

Muchos estaban referidos al movimiento anti acoso #Metoo, que ha hecho tambalear a decenas de personalidades masculinas.

"Quiero que Trump sepa que somos una fuerza poderosa y que vamos a cambiar esto", dijo Heather Arndt, una artista de 44 años que manifestaba en Los Ángeles. 

"He vivido durante décadas de problemas de acoso sexual y está mejorando, pero no está para nada cerca de donde necesita estar", dijo Vitessa DelPrete, una teniente coronel retirada que desfiló ataviada con un traje de Mujer Maravilla junto a su hija de 14 años.

"La marcha del año pasado ya había superado las expectativas (...) A medida que se acercan las elecciones de mitad de mandato creo que vamos tomando un formidable impulso", agregó.

En noviembre próximo se celebran en Estados Unidos comicios de mitad de mandato en los cuales los demócratas aspiran a recuperar la mayoría en el Congreso. 

"El objetivo del día es sensibilizar a centenares de miles de electores a lo largo y a lo ancho de Estados Unidos", señaló Marion Novack, de 71 años, que llamaba a los participantes de la marcha neoyorquina a inscribirse de inmediato en los registros electorales.

Una gran manifestación está prevista para el domingo en Las Vegas, en Nevada (oeste). Novack piensa que la elección en ese estado puede ser clave para que la reconquista del Congreso por parte de la oposición. 

Dianne Vega, de 57 años, no dudaba en mostrar su satisfacción por el cierre parcial de la administración estadounidense producto de la falta de entendimiento entre republicanos y demócratas.

"Como los republicanos lo establecieron cuando gobernaba Barack Obama: el presidente es el único culpable, Trump es el único culpable" de esta situación de crisis, aseguró. 

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