Cuando a Marinalva Dantas le preguntan cuántos trabajadores esclavos ha liberado en Brasil, hace una distinción: "Personalmente rescaté a 1.500 personas; con otros colegas más de 2.000", dice.

La cifra exacta que le atribuye un libro recién publicado es 2.354, sumando los que liberó desde 1995 en operativos encabezados por ella misma como auditora de Trabajo y los que rescató participando de un equipo especial de ese ministerio.

El libro sobre su vida se titula "La dama de la libertad" y fue escrito por el periodista Klester Cavalcanti.

Todos esos casos ocurrieron en zonas rurales, en haciendas de estados amazónicos de las regiones centro-oeste y norte de Brasil, donde tradicionalmente los controles laborales fueron pocos y los abusos muchos.

En una entrevista con BBC Mundo, Dantas afirma que el país hizo avances importantes en el combate a la esclavitud moderna, pero aún hay decenas de miles de trabajadores en esa condición.

Algunos son torturados, pero no llegan a morir, porque se usa la paliza con el machete con el lado plano, que no corta. Es de las cosas más terribles que pueden recordar
Marinalva Dantas

"El número de 150.000 personas (todavía en condiciones de esclavitud) no lo encuentro exagerado", señala esta mujer que en la década pasada dirigió la división de combate al trabajo infantil y actualmente es auditora-fiscal de Trabajo en la ciudad de Natal (noreste).

Nacida en una familia muy pobre y criada por unos tíos de mejor pasar económico, cuenta que definió su vocación sacudida por escenas de la miseria.

A los 61 años, sostiene que aquella decisión afectó la vida de sus hijos y descarriló su matrimonio, pero asegura que la labor también le ha deparado satisfacciones.

A continuación, extractos del diálogo:

Cuente algo de su trabajo que la haya marcado.

Los niños siempre son las escenas más chocantes que guardo en mi memoria.

Imagine a un niño trancado dentro de una propiedad, que no sabe lo que es el resto del mundo. Sólo conoce ese pequeño espacio donde sus padres trabajan y él también. Va creciendo ahí dentro y desconoce que existen casas con ladrillos, juguetes, música, pan. Sólo conocen las casas de plástico negro, amarillo o azul.

Son los colores de la miseria del trabajo esclavo. Ni conocen el color blanco de la leche, porque hasta en las haciendas de ganado sólo tienen derecho a harina, frijoles y arroz.

También vi niños que perdieron un ojo trabajando en haciendas, hasta de médicos.

¿Encontró a un niño jugando con su herramienta de trabajo?

La motosierra era el único juguete que conocía. Lo que hacía era montarla y desmontarla. Para él era una actividad lúdica, que no le dejaba ver cuánta atrocidad había en ese hecho.

Marinalva Dantas en un operativo contra el trabajo esclavo en el estado brasileño de Pará.

¿Y en qué situaciones descubrió a trabajadores esclavos adultos?

Una de las peores desgracias que puede haber en la esclavitud es el asesinato.

Algunos son torturados, pero no llegan a morir, porque se usa la paliza con el machete con el lado plano, que no corta. Se quedan con las marcas que no salen y es de las cosas más terribles que pueden recordar, porque es visto por sus colegas que bajan la cabeza para que él no tenga tanta vergüenza.

A partir de ahí, el único camino que encuentra en la vida es huir, incluso arriesgándose a morir. Todavía existe. Cada vez más escondido, pero siempre hay alguien que consigue fugarse, relata de dónde viene y lleva al equipo al lugar.

Usted ha denunciado el caso de un hombre al que castigaron por pedir un vaso de agua…

Sí, pidió porque estaba bebiendo un agua inmunda. El dice que era espesa de tan sucia y llena de bichos. Entonces fue a pedir con altivez, porque creía que tenía el derecho de tener agua limpia, que es una de las primeras cosas que piensas en la dignidad humana. Pero vio que era una afronta requerir algún derecho, por mínimo que fuese.

Si calculas cuántas haciendas existen de caña de azúcar, ganado, soja y algodón, da un número exhorbitante. El número de 150.000 personas no lo encuentro exagerado"
Marinalva Dantas

Se llevó una paliza enfrente de los otros para que sirviera de ejemplo y nadie osara reivindicar algo, porque ellos no eran nada. Fue en el estado de Pará, en el año 2001. No soporté y lloré.

¿Esos casos mantienen la fuerte connotación racial que tenía antes la esclavitud en Brasil? ¿Son todos negros?

No, esa es hasta una estrategia de ilusión de normalidad. Si fuesen todos negros iban a llamar más la atención, porque la esclavitud antigua y legal aquí era de los negros. Como fue abolida, comenzaron a esclavizar hombres libres de cualquier color: encontramos esclavos rubios de ojos azules, del sur del país, indios, personas negras, mulatas…

No tiene una connotación de color ni raza. Es de pobreza y miseria. Personas vulnerables, que cometieron algún delito y están huyendo de la justicia, hay personas con lepra que por sentirse rechazados por la sociedad intentan esconderse, personas que tienen deudas, pasando hambre por problemas climáticos y económicos. Los vulnerables son atraídos por los que esclavizan.

¿Y entre los que esclavizan hay personas educadas y poderosas?

Sí, y encuentran eso absolutamente normal. No se sienten avergonzados cuando son descubiertos.

Llegó a encontrar trabajo esclavo en la hacienda de un diputado estatal…

Sí, muy fuerte. Diputado y presidente inclusive de una asamblea legislativa, en el estado de Río de Janeiro.

La motosierra era el único juguete que conocía (aquel niño). Lo que hacía era montarla y desmontarla. Para él era una actividad lúdica, no veía cuánta atrocidad había en ese hecho
Marinalva Dantas

¿Y qué ocurre con ellos cuando son descubiertos? ¿Van presos?

Hay algunas personas que por sus cargos tienen fueros privilegiados, entonces no pueden ser procesados por la justicia común. Usan todas las cuestiones legales.

Para castigar a alguien con pena de prisión existen tantos recursos que esa persona cuando es condenada, de hecho, ya está muerta. Si la persona tiene dinero para buenos abogados, difícilmente caerá en una prisión.

¿Usted ha recibido insultos y amenazas por su trabajo?

Personalmente sufrí dos veces. Una por teléfono, anónima, de una persona que dijo que me estaba siguiendo y sabía todo lo que hacía.

También recibí una propuesta un poco indecente de un abogado de un hacendado para que dijese cómo podía negar todo lo que estaba viendo allí. Dije que no había cómo negarlo, porque es real. Después supe que yo aparecía en una lista de muerte en Pará. Pero mientras estaba en actividad nunca lo supe.

Alojamiento de trabajadores esclavos en la selva brasileña de Mato Grosso, hallado por Dantas en una inspección.

¿Cuánta gente todavía trabaja en situación de esclavitud en Brasil?

El concepto legal (de trabajo esclavo) en Brasil fue ampliado. Si la ley hubiera sido como hoy cuando comenzamos, en apenas 15 días habríamos sacado 23.000 esclavos del estado de Alagoas en 1995. Pero la ley era muy rígida para caracterizar el trabajo esclavo. Cuando cambió, se incluyeron condiciones de trabajo degradantes como una de las formas de considerar el trabajo esclavo. Eso amplió el número de esclavos en el país, porque de eso hay mucho.

Y el Congreso está queriendo retirar ese avance de la legislación, hacer mucho más difícil configurar el trabajo esclavo y proteger a los esclavizadores de perder sus tierras. La población todavía no se enteró de eso.

¿Pero hoy cuántos esclavos estima que hay en Brasil: cientos, miles o decenas de miles?

Hay decenas de millares, porque eso es muy escondido y naturalizado. Las personas no lo ven como condición de esclavitud.

Con el concepto (legal) antiguo decían que había 25.000 brasileños esclavizados. Ya liberamos 50.000. Y con la ampliación del concepto, a veces en una sola hacienda de caña de azúcar encuentras 3.000 personas de esa forma.

Si calculas cuántas haciendas existen de caña de azúcar, ganado, soja y algodón, da un número exhorbitante. El número de 150.000 personas no lo encuentro exagerado.

¿Cómo es posible que eso todavía ocurra en Brasil?

Las personas apuestan al lucro. Arriesgan porque incluso cuando son descubiertos todavía compensa para ellos el tiempo que pasan explotando personas sin pagar ningún derecho, porque pagan con frijoles y arroz e intimidan a las personas, que no pueden salir. La causa es esa: el lucro desmedido.

¿Qué tiene que cambiar?

La voluntad política es fundamental. Creemos que lo vamos a conseguir, porque la sociedad ya está tomando conciencia. Antes teníamos que probar que existía trabajo esclavo, porque nos ridiculizaban. Ahora está debidamente probado que existe la esclavitud.

 

Un hombre descubierto en un operativo contra la el trabajo esclavo en el que participó Marinalva Dantas.

Cuando vi aquellas escenas fuertes, dije: "Esta es mi lucha y voy a dedicar mi vida a acabar con esto". Entonces los brasileños tienen que entender que no sirve un himno nacional que diga dos veces la palabra "libertad" si hay ciudadanos que no son libres. (Deben) dejar de comprar ropa fabricada con trabajo esclavo, aceite donde las semillas fueron extraídas por esclavos, como un ejército de consumidores combatiendo. Yo tengo confianza. Si no, no estaría luchando.

¿Cómo afectó su vida el trabajo que hace?

Afectó mucho mi vida familiar porque mis hijos quedaron muy marcados por mis ausencias. Por su edad, ellos no tenían condiciones de entender lo que la madre estaba haciendo. Y tenían mucho miedo de ese mundo donde estaba, de que yo no volviera. Eso afectó mucho la vida de mis hijos y mi matrimonio no consiguió mantenerse, porque una esposa remota no es algo bueno para ningún marido.

¿Y qué satisfacciones le ha dado?

Ver la felicidad en cada liberación que hacíamos. Ver a un hombre sintiéndose normal. Verlos afeitándose, produciéndose para volver a la "vida civilizada". Yo iba ahí adentro también arreglada, para que entendieran que existía un mundo normal esperando por ellos.

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