La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, llegó este miércoles a Venezuela para palpar la grave crisis que se profundiza al calor de la lucha de poder y sanciones de Estados Unidos.

Tres meses después de que una misión de su oficina allanara el terreno, Bachelet llega invitada por el Presidente Nicolás Maduro, durante cuyo gobierno -iniciado en 2013- la otrora potencia petrolera cayó en la peor recesión de su historia moderna.

La ex Presidenta de Chile, quien se reunirá este miércoles con Maduro, permanecerá hasta el viernes cuando hará una declaración final.

Según la ONU, desde 2015 unos cuatro millones de venezolanos emigraron por la crisis, marcada por escasez de bienes básicos, una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para 2019, el colapso del sistema de salud y fallas en los servicios públicos.

La visita no escapa al pulso entre Maduro y Juan Guaidó, jefe del Parlamento quien se autoproclamó mandatario encargado hace cinco meses con apoyo de medio centenar de países, liderados por Estados Unidos.

Maduro reivindica que Bachelet llega con su venia, mientras Guaidó sostiene que "es un logro de la protesta" para exigir la salida del líder socialista, a quien tilda de "ilegítimo".

"El régimen va a tratar de invisibilizar los problemas", advierte el opositor, pero Bachelet ha dicho que verá a todos los actores, incluidas "víctimas de abusos y de violaciones de derechos humanos", para "no ser parte de ningún tipo de estrategia".

La visita podría "visibilizar más la crisis" y motivar a la Unión Europea a "aumentar la presión", dijo a la AFP el internacionalista Mariano de Alba.

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