Miles de argentinos iniciaron durante el fin de semana el trámite para abandonar a la Iglesia católica, especialmente disconformes con la postura que tomó en contra de la legalización del aborto durante el reciente debate parlamentario.

La iniciativa "Apostasía colectiva" dispuso centros de atención en siete ciudades, entre ellas Buenos Aires, de norte a sur del país.

Los impulsores del llamado a romper con la Iglesia católica explicaron que "para ser escuchada" por las autoridades argentinas la institución religiosa "argumenta que casi el 90 por ciento del país es católico o indirectamente apoya sus doctrinas".

"La Iglesia católica es posiblemente la institución que mayor nivel de representatividad se adjudica, y simultáneamente es la que menos claridad ofrece a la hora de demostrarla", dijeron los promotores de la acción en un comunicado.

Durante las manifestaciones protagonizadas en las últimas semanas en Argentina con motivo del debate por la legalización del aborto las asistentes también se expresaron a favor de la separación entre la Iglesia católica y el Estado argentino. Lo hicieron luciendo pañuelos de color naranja, la prenda de identificación para la iniciativa.

La primera "Apostasía colectiva" fue organizada el pasado 8 de agosto en coincidencia con el debate del aborto legal en la Cámara de Senadores, foro legislativo que finalmente rechazó la propuesta de sancionar una ley en tal sentido. Ese día unas 2.500 personas presentaron su renuncia a la Iglesia católica, y una cifra al menos similar lo hizo este fin de semana, indicaron los promotores de la acción.

La Iglesia presionó a algunos políticos contra el aborto legal

Para romper con la Iglesia, las personas bautizadas tienen que enviar una carta a la institución religiosa informando su decisión. En el texto de renuncia, las personas deben incluir el año en el que fueron bautizadas, en qué sitio se celebró la ceremonia religiosa y una breve explicación de su determinación.

La Iglesia católica, pero también la evangélica, se opusieron activamente a la posibilidad de que el Congreso argentino sancionara la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Con ese fin, organizaron manifestaciones callejeras y actos religiosos. Algunos diputados y senadores dijeron haber recibido presiones de autoridades religiosas para votar en contra del aborto legal.

La Constitución argentina garantiza la libertad religiosa pero el Estado otorga un estatus jurídico preferente a la Iglesia católica por sobre las restantes confesiones.

Publicidad