Un macabro crimen ocurrió en Iowa, Estados Unidos, luego que un hombre encerrara a su propio hijo de tres meses y lo desatendiera hasta dejarlo morir.

Se trata de Zachary Koehn, quien fue apodado como "el monstruo de Iowa", luego que el pasado martes fuera condenado a cadena perpetua por una corte del Estado por los cargos de asesinato en primer grado y peligro de muerte de niños.

Según consgina People, el hombre dejó encerrado a Sterling en una habitación cubierta y con la puerta cerrada, dejándolo sin algún tipo de atención, hasta morir.

De acuerdo a lo recabado por la investigación judicial, el bebé estuvo en un columpio, usando el mismo pañal entre nueve y 14 días. De igual manera, cuando murió pesaba 3,175 kilos.

Respecto a la madre de Sterling, Cheyanne Harris, de 21 años, también fue acusada de asesinato en primer grado, pero se declaró inocente.

Los últimos días de la vida de Sterling fueron dolorosos. Lo dejaron en un dormitorio que tenía ventanas cubiertas y, además, la puerta cerrada.

La habitación estaba caliente. Atrajo a las moscas y mientras estaba sentado en el columpio, su pañal rompía su piel a medida que avanzaba el tiempo.

A su vez, mientras el niño sufría una muerte lenta y dolorosa. Koehn y Harris cuidaban de su hija de dos años en el mismo lugar.

"Estaban al tanto de lo que estaba sucediendo y decidió no hacer nada", señaló el Asistente del Fiscal General de Iowa, Denise Timmins.

Por lo pronto, Harris irá a juicio en enero, donde según algunos medios estadounidenses, intentará validar su tesis de defensa de que el bebé falleció por una intoxicación que no tiene que ver con su responsabilidad.

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