Gobernó Uzbekistán, el país más poblado de Asia Central, con mano de hierro durante 27 años. Islam Karimov, para muchos uno de los últimos herederos directos de los restos de la Unión Soviética, falleció el viernes a los 78 años.

El gobierno uzbeco finalmente confirmó su muerte luego de numerosos rumores, y seis días después de que Karimov fuera hospitalizado por lo que se cree fue una hemorragia cerebral.

Diversos reportes desde una de las naciones más herméticas del planeta señalan que han comenzado las preparaciones para el funeral que tendría ligar este sábado.

Karimov llegó al poder inmediatamente después del colapso de la URSS y de la independencia de Uzbekistán. Hasta la fecha había sido su primer y único presidente.

Su mandato de más de un cuarto de siglo estuvo salpicado de duras acusaciones de violencia estatal, manipulación electoral y por un escándalo que llevó a la caída en desgracia de su propia hija.

Karimov nació en 1938 en Samarcanda, una de las ciudades más antiguas de Asia Central y punto clave de la mítica Ruta de la Seda. Se educó en un orfanato antes de estudiar Ingeniería y Economía en la universidad.

Durante los años siguientes inició el ascenso en los rangos del Partido Comunista de Uzbekistán, del que se convirtió en primer secretario en 1989, en un momento en que la fragilidad de la URSS empezaba a ser evidente.

Uzbequistán en un vistazo

  • Población: 29 millones.
  • Religión: cerca del 90% de la población se declara musulmana. La mayor minoría es cristiana ortodoxa rusa.
  • Etnicidad: más del 80% de los habitantes son uzbecos. También hay un 5% de rusos, tayicos, kazajos y tártaros.
  • Economía: tiene un PIB de US$66.733 millones según el Banco Mundial, que lo sitúa en el puesto 70 en el mundo.
  • Principales industrias: algodón, oro, energía, productos químicos.

En 1991, Karimov declaró la independencia de Uzbekistán y ganó las primeras elecciones presidenciales por un amplio margen, en unos comicios que fueron calificados de "gravemente amañados" por la organización no gubernemental Human Rights Watch.

Ese proceso se repitió con similares resultados a lo largo de20 años. En las elecciones del año pasado, fue reelegido con un 90% de los sufragios.

Persecución de los islamistas

El monopolio casi total del poder por parte de Karimov estuvo acompañado de la represión del disenso.

Políticos opositores y activistas de derechos humanos fueron encarcelados o expulsados del país. La prensa independiente en Uzbekistán es a menudo descrita como "prácticamente inexistente".

Empleados trabajan en acondicionar lo que se cree será la tumba de Karimov en Samarcanda.

El año pasado, Amnistía Internacional aseguró que era "un secreto a voces que cualquiera que no goce del favor de las autoridades puede ser detenido y torturado en Uzbekistán".

Según otra conocida acusación -negada por las autoridades uzbecas- dos presos fueron hervidos hasta morir en 2002.

Activistas y testigos dicen que las fuerzas de seguridad del Estado mataron a cientos de manifestantes en la ciudad oriental de Andijan en 2005, en un incidente sobre el que el gobierno acusó al extremismo islamista.

Sus críticos acusaron al gobierno de Karimov de exagerar la amenaza del islamismo para atraer el favor y la ayuda internacional y reprimir a la oposición interna.

Se cree que miles de musulmanes fueron encarcelados.

Un aliado útil de EE.UU.

Mientras que la actuación de Karimov en materia de derechos humanos fue criticada por gobiernos internacionales, Uzbekistán sigue siendo un aliado útil para Estados Unidos, que usó el país como base durante la guerra de Afganistán.

Karimov y su esposa Tatyana. Tienen dos hijas.

Uzbekistán también controla importantes reservas de petróleo, gas y oro y es un importante productor de algodón.

La muerte del presidente plantea dudas sobre la estabilidad de un país que durante décadas fue dominado por un hombre y sobre quién lo sucederá al frente.

Las luchas internas por el poder se produjeron ya en los últimos años, con varios competidores intentando posicionarse en la carrera por la sucesión del líder.

La pugna por el poder

En algún momento, la hija de Karimov, Gulnara, fue vista como un posible reemplazo, pero desde 2014 se cree que está bajo arresto domiciliario y no se la ha vuelto a ver en público.

Karimov ordenó el arresto de su hija Gulnara en 2014.

Su otra hija, Lola, embajadora de Uzbekistán ante la Unesco, confirmó oficialmente que su padre había sufrido un derrame en su cuenta de Instagram poco después de que un comunicado oficial hubiera informado que el mandatario había sido hospitalizado.

El mero reconocimiento de la enfermedad de Karimov por parte de las autoridades uzbecas -después de los insistentes rumores sobre su delicado estado de salud- fue un signo de que el estado del presidente era grave.

Entre quienes pugnan por ocupar su lugar se encuentran el actual primer ministro Shavkat Mirziyoyev y el vice primer ministro Rustam Azimov.

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