Un macabro asesinato se dio durante la noche del domingo pasado en el barrio de Queens, Nueva York, Estados Unidos. 

La víctima de 35 años, identificada como Jennifer Irigoyen, fue arrastrada desde el tercer piso de su edificio para ser apuñalada en reiteradas ocasiones en la escalera de ingreso al recinto.

Los ataques se concentraron en su vientre -ya que se encontraba embarazada- y garganta, en un incidente calificado como "violencia doméstica".

Maurice Roman Zereoue declaró al New York Post que escuchó a Irigoyen gritar "¡Él tiene un cuchillo! ¡Él va a matar al bebé!".

Una vez escapó el asesino, Zereoue se dirigió donde la afectada, la cual intentaba fallidamente comunicarse, debido a las grandes cantidades de sangre que brotaba desde su garganta. Al preguntarle si conocía a su atacante ella asintió con la cabeza.

Los paramédicos no pudieron hacer nada para salvarla a ella ni al bebé, dejando a un pequeño de 12 años, que afortunadamente no se encontraba en el lugar.

El principal sospechoso sería su novio

La administradora del edificio, Lisa Raymos, accedió a las cámaras de seguridad del recinto, donde se aprecia a un hombre enmascarado de aproximadamente 30 años.

"La vi arrastrándola escaleras abajo (...) Vi cómo se aferraba a las paredes, luchando por su vida", declaró Raymos. 

El departamento de policía local enfoca sus sospechas en el novio de Irigoyen, extrañados porque el hombre no haya emitido declaraciones al respecto. 

"¿No crees que si tu novia fue apuñalada irías a la policía a preguntar qué pasó? Bueno, el no ha venido hacia a nosotros por el momento", expresaron. 

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