Las tiendas no esenciales de Melbourne, la segunda ciudad más grande de Australia, deberán cerrar a partir del próximo jueves para frenar el desarrollo del nuevo coronavirus, anunció el gobierno del estado de Victoria.

El primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews, dijo que la mayoría de los negocios y empresas deberán cerrar a partir de la medianoche del miércoles.

Supermercados, farmacias y despachos de bebidas sin embargo podrán permanecer abiertos.

"Es desgarrador tener que cerrar los lugares de trabajo" pero "es lo que hay que hacer para frenar el avance de este virus salvajemente contagioso, de este virus mortal", declaró Andrews en una conferencia de prensa.

"Estas seis semanas son absolutamente críticas", agregó.

Algunos sectores, como el de producción cárnica o el de la construcción, deberán reducir sus operaciones a partir del viernes.

Las oficinas públicas también cerrarán sus puertas, se indicó.

El gobierno estima que esas medidas evitarán que un millón de personas concurran a sus puestos de trabajos.

El anuncio tuvo lugar al día siguiente de que el estado de Victoria registrara 429 contagios y 13 muertes por el virus.

El domingo las autoridades ya habían impuesto un toque de queda nocturno en Melbourne, donde los habitantes no tienen derecho a desplazarse a más de cinco kilómetros de sus casas.

Los habitantes de Melbourne deben quedarse en casa de las 20:00 a las 05:00 hasta el 13 de septiembre.

Sólo las personas que ejercen funciones esenciales, el personal sanitario y las personas que van a los hospitales pueden salir de su domicilio durante la noche.

Los que no respetan el toque de queda son pasibles de una multa de 1.652 dólares australianos (unos 1.175 dólares).

Estas drásticas medidas aíslan aún más Melbourne dentro de Australia, que logró contener la pandemia.

Desde el comienzo de la pandemia, Australia, de 25 millones de habitantes, registró 18.000 casos de covid-19, de los cuales 221 mortales.

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