El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, formuló el martes un llamado en favor de mejores relaciones con Corea del Norte para que el líder Kim Jong Un pueda visitar Seúl, a pesar del abandono de Pyongyang de la moratoria a pruebas nucleares y misilísticas.

El llamado de Moon se produjo después que Kim amenazó con una demostración de una "nueva arma estratégica" en una reunión de cuatro días del partido gobernante realizada la semana pasada, aunque nunca mencionó específicamente a Corea del Sur.

Desde el colapso de la cumbre de Kim con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Hanoi el año pasado, Pyongyang ha arremetido repetidamente contra Corea del Sur.

El líder norcoreano llegó a afirmar que ya no tiene "nada de qué hablar" con Seúl.

Pero Moon, que siempre fue favorable a un acuerdo con Corea del Norte, reforzó este martes su enfoque moderado.

"Espero que Corea del Sur y del Norte puedan hacer esfuerzos juntos para que las condiciones para la visita recíproca del presidente Kim Jong Un pueda ser definida en una fecha próxima", dijo Moon en su discurso por el Año Nuevo.

La invitación a Kim para que visite Seúl data de la última cumbre de los dos líderes, en Pyongyang, en septiembre de 2018, cuando la península disfrutaba de un acercamiento diplomático.

"Estoy dispuesto a reunirme en repetidas ocasiones y hablar sin cesar" con el Norte, dijo Moon en su discurso, que se transmitió en vivo a todo el país.

También sugirió que Pyongyang y Seúl deberían mantener consultas sobre la formación de un equipo unificado en los Juegos Olímpicos de Tokio, previsto para julio. Ese equipo marcharía unido en la ceremonia de apertura.

Atletas de los dos países participaron juntos en las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, en Corea del Sur hace dos años, y posteriormente formaron una serie de equipos conjuntos en otros eventos.

Incluso se discutió una posible oferta conjunta de Seúl y Pyongyang para ser anfitriones de los Juegos Olímpicos de Verano en 2032.

Sin embargo, los lazos deportivos se han congelado desde entonces: Corea del Norte renunció a cualquier posibilidad de que su equipo de fútbol femenino juegue en Tokio al no participar en una competencia clasificatoria en Corea del Sur el próximo mes.

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