Prostitutas de la ciudad brasileña de Belo Horizonte paralizaron esta semana sus actividades para reclamar que se las incluya entre los grupos prioritarios que reciben la vacuna contra el COVID-19.

Miles de trabajadoras del sexo se ven afectadas por el cierre de los hoteles donde alquilan cuartos para prestar sus servicios en el centro de la ciudad, capital del estado de Minas Gerais, y muchas están teniendo que arriesgarse en las calles para buscar clientes. 

"Estamos en la línea de frente, moviendo la economía, y estamos en riesgo, precisamos vacunarnos", dijo a la AFP Cida Vieira, presidenta de la Asociación de Prostitutas de Minas Gerais (Aspromig), quien afirmó que unas 2.000 mujeres adhirieron al movimiento.

Junto a otras trabajadoras, Vieira comandaba una protesta con pancartas en la calle Guaicurus, una ajetreada región de comercios y hoteles populares donde concentran sus actividades, paralizadas ahora por las restricciones a los servicios no esenciales para contener el virus.

"Deberíamos estar en el grupo prioritario porque tenemos contacto con varios tipos de personas y nuestras vidas están riesgo", dijo a la AFP Lucimara Costa, trabajadora sexual. 

El gobierno federal definió como prioritarios en la vacunación a los trabajadores de la salud, los ancianos, los indígenas, las personas con comorbilidades y los profesores, entre otros grupos, que no incluyen a las trabajadoras sexuales

La proyección oficial prevé vacunar a las personas comprendidas en esas categorías prioritarias (unos 77 millones de personas) durante el primer semestre de 2021. Pero especialistas estiman que esa etapa podría extenderse hasta septiembre debido a la falta de dosis disponibles

Al igual que el resto Brasil, Minas Gerais está atravesando una segunda ola de la pandemia, aunque el número acumulado de fallecidos por cada 100.000 habitantes en el estado es de 121, entre las tasas más bajas del país. 

Brasil suma más de 332.000 muertos, superado en números absolutos solamente por Estados Unidos.

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