Por AFP

El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró este jueves que si la oposición está marginada en Rusia es porque los rusos no quieren un "golpe de Estado" opositor, como el que hubo, según él, en Ucrania en 2014, y que hizo caer al presidente prorruso de entonces.

"¿Quiere que tengamos intentos de golpe de Estado? Ya hemos pasado por todo eso", dijo Putin respondiendo a una pregunta de la periodista y candidata a las presidenciales de marzo, Ksenia Sobtchak, durante su tradicional conferencia de prensa anual en la que 1.640 periodistas fueron acreditados 

La singularidad de este encuentro es que se trata de la primera aparición pública desde que el 6 de diciembre el mandatario anunció su candidatura a un cuarto mandato a las presidenciales del próximo mes de marzo. De lograr la victoria, Putin se mantendría en el poder hasta el 2024.

En la cita con la prensa, el Presidente se erigió como el gran defensor de la calidad de vida de los ciudadanos rusos y de los intereses de Rusia frente a las acusaciones de dopaje. En este contexto, negó querer acallar a la oposición e insistió que su prioridad era aumentar el nivel de vida de los rusos tras dos años de crisis.

Preguntado por la ausencia de la oposición durante sus 18 años en el poder, Putin dijo: "No soy yo el que tiene que formarla".

"Creo que el sistema político, igual que el económico, debe ser competitivo y así lo favoreceré", añadió disipando las dudas y argumentando que el fracaso de sus opositores se debe a los éxitos de su política económica y a que no hacen propuestas reales.

Putin llegó al poder el 2000 en un momento de inestabilidad política y económica y ahora muchos rusos le ven como el garante de la estabilidad y la prosperidad, gracias en particular a los ingresos petroleros.

El país se encuentra sin embargo aislado de los occidentales como en tiempos de la Guerra Fría, a causa de su apoyo a Bashar Al Asad en Siria, a la anexión de Crimea y a su apoyo a los separatistas prorrusos del este de Ucrania.

¿Injerencia rusa?

Asimismo, en la conferencia anual Putin tuvo una nueva oportunidad para negar cualquier tipo de injerencia rusa en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2017, asegurando que se trató de un invento de los adversarios de Trump para "deslegitimarlo".

"Todo esto se lo inventó gente que se oponía a Trump para deslegitimar su trabajo", dijo, explicando que varios representantes del gobierno ruso se reunieron con representantes del equipo del mandatario estadounidense pero que se trata de una práctica diplomática corriente.

"Nuestro embajador fue acusado de reunirse con alguien, pero es una práctica normal en todo el mundo", justificó el presidente y dijo que ve difícil que las relaciones entre los dos países mejoren en el actual entorno político de EE.UU..

Por otra parte, Rusia, que acogerá el Mundial de fútbol en junio y julio del año que viene, también está implicada en un escándalo de dopaje institucionalizado que provocó la exclusión de sus atletas en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, que sólo podrán competir bajo bandera neutra.

Aunque reconoció que Rusia era "culpable" en parte, Putin se mostró ofensivo en la conferencia y aseguró que defendería a sus deportistas "ante los tribunales".

"En nuestra opinión es evidente" que el escándalo está relacionado con las presidenciales rusas de marzo, aseguró.

Asimismo, se refirió a Grigori Rodtchenkov, el científico que destapó el escándalo de dopaje de Estado en Rusia, asegurando que está "bajo control de los servicios especiales estadounidenses".

"Se encuentra bajo control y bajo protección del FBI (...). Para nosotros eso quiere decir que trabaja bajo el control de los servicios especiales estadounidenses", lanzó el dirigente ruso sobre el antiguo director del laboratorio antidopaje de Moscú.

"¿Qué hacen con él, qué sustancias le dan para que diga todo lo que tenga que decir?, añadió.

El COI suspendió a Rusia el 5 de diciembre de los próximos Juegos de Invierno, del 9 al 25 de febrero en Pyeongchang, autorizando sólo a participar a los atletas rusos "limpios" y bajo bandera olímpica.

Moscú está acusado de implantar un sistema de dopaje institucionalizado, acusación que Rusia siempre negó con vehemencia.

Grigori Rodchenkov, cuyas revelaciones desencadenaron una vasta investigación sobre Rusia, era el director del laboratorio antidopaje de Moscú hasta noviembre de 2015. Refugiado en Estados Unidos después de la repentina muerte de dos responsables de la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada), se halla en búsqueda y captura por la justicia rusa.

Desde entonces sacó a la luz nuevos datos y está bajo el amparo del régimen de protección de testigos del FBI.

Publicidad