Cuando votan en una elección presidencial, los colombianos saben que su decisión ayudará a definir el rumbo del país durante los siguientes cuatro años.

Pero cuando vayan a las urnas este domingo lo harán para depositar un voto cuya repercusión no se contará en años, sino en décadas.

Entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde los 35 millones de colombianos registrados para votar están convocados para responder "sí" o "no" a una pregunta: "¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?".

Ese es el nombre del acuerdo de paz firmado el pasado lunes 26 de septiembre por el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), actor clave de un conflicto de más de 52 años que ha dejado más de 220.000 muertos, decenas de miles de desaparecidos y casi siete millones de desplazados.

Pero, ¿en qué consiste exactamente lo pactado? ¿Y qué implica que se apruebe o se rechace?

BBC Mundo te explica lo que está en juego y lo que puede pasar con siete preguntas clave.

1. ¿Qué contempla el acuerdo?

El acuerdo es el resultado de casi cuatro años de negociaciones entre el gobierno y las FARC en La Habana, Cuba, y establece una serie de beneficios, compromisos y obligaciones para los actores involucrados en el conflicto armado.

Un grupo de guerrilleros de las FARC en vísperas de la firma de los acuerdos.

El texto, de 297 páginas, también refleja el compromiso de realizar ciertas transformaciones político-económicas en Colombia y está dividido en cinco puntos.

  1. Una propuesta de reforma rural integral, para permitir el desarrollo y mejorar las condiciones del campesinado colombiano.
  2. Un acuerdo de participación política, para dar espacio, protección y posibilidades de competir a más colectivos políticos, especialmente la oposición y partidos minoritarios.
  3. Un plan para solucionar el problema de las drogas ilícitas -fundamentalmente la producción de hoja de coca y su procesamiento para fabricar cocaína- en el que las FARC se comprometen a abandonar su rol en el negocio y contribuir con información y el gobierno a implementar planes de sustitución de cultivos para ayudas a los campesinos.
  4. Un acuerdo sobre las víctimas, que describe cómo se reparará a quienes sufrieron a lo largo del conflicto y cómo se hará justicia con los perpetradores, y especifica quiénes serán alcanzados por una amnistía amplia pactada por los negociadores.
  5. Un punto sobre el fin del conflicto, en el que se describe cómo se implementará y verificará el cese el fuego bilateral y definitivo (ya vigente) y cómo las FARC dejarán las armas y pasarán a reincorporarse a la vida civil.

Aunque se trata de un acuerdo con las FARC, los primeros dos puntos tienen un alcance que va mucho más allá del grupo guerrillero y el sistema de justicia transicional contemplado en el punto 4 también aplica a todos los actores el conflicto.

2. ¿Qué dicen sus críticos?

Los principales cuestionamientos se han centrado que los culpables de crímenes de guerra y de lesa humanidad -tanto de las FARC como de las fuerzas del Estado- no necesariamente irán a la cárcel.

El expresidente Álvaro Uribe es una de las principales voces a favor del "no".

Según los acuerdos, aquellos que cuenten la verdad de lo que hicieron de inmediato y se comprometan a reparar a sus víctimas pagarán sus penas con una suerte de trabajo comunitario en las zonas en que cometieron sus crímenes.

Aunque quienes reconozcan sus actos tardíamente, o no lo hagan, sí irán a la cárcel, por entre cinco y 20 años.

El gobierno insiste en que fue el mayor nivel de justicia que se pudo alcanzar para lograr sellar el acuerdo de paz y señala el hecho de que la fiscal de la Corte Penal Internacional dio su visto bueno -en principio- a lo acordado.

Pero los críticos consideran que cualquier sentencia que no sea de prisión es insuficiente.

También se ha cuestionado que la forma de probar la responsabilidad de mando es demasiado puntillosa y requiere un nivel de conocimiento y cercanía con el hecho que no necesariamente los superiores siempre tienen.

Eso implica que los más altos responsables en la cadena de mando puedan liberarse de responsabilidad.

Y muchos cuestionan además el hecho de que se le garantice al partido político en el que se convertirán las FARC cinco escaños en el Senado y cinco en la cámara de Representantes para los períodos que comienzan en 2018 y 2022.

El conflicto colombiano ha dejado más de 220.000 muertos, decenas de miles de desaparecidos y numerosas heridas abiertas.

Estos escaños son menos de los que demandaban las FARC y mucho menos de los que se dieron en otros procesos de paz. Pero el descrédito que tiene esa guerrilla con vastos sectores de la sociedad hace muy difícil para muchos colombianos aceptar que se les den esos lugares.

Existen otras preocupaciones, como que las FARC no aporten dinero para la reparación o que no dejen todas las armas.

Pero tanto el gobierno como las FARC han manifestado que confían en que la otra parte cumplirá lo acordado.

Aunque hay un punto que sigue preocupando a los guerrilleros: su seguridad una vez desarmados e incorporados a la vida política colombiana.

No dejan de citar lo ocurrido a partir de mediados de los 80, cuando algunos de sus miembros se sumaron al partido de izquierda Unión Patriótica, miles de cuyos cuadros fueron asesinados por escuadrones de la muerte de derecha.

3. ¿Qué dicen los defensores de los acuerdos?

La mejor forma de resumir la posición de los votantes del "sí" es que una paz imperfecta es mejor a la continuación de la guerra.

Actores, deportistas y escritores colombianos manifestándose a favor del "sí".

El mismo presidente Juan Manuel Santos le dijo a BBC Mundo que personalmente hubiera querido "que los responsables de los crímenes contra las mujeres, las violaciones sexuales o los crímenes de lesa humanidad tuvieran un mayor castigo".

"Pero lo que aquí logramos es el máximo de justicia que permita la paz, este es el mejor acuerdo posible", insistió Santos.

Y la campaña por el "sí" confía en que la posibilidad de terminar con un conflicto armado que ha dejado millones de víctimas termine por movilizar a su favor a la mayoría de los colombianos.

4. ¿Garantiza la paz una victoria del "sí"?

Una crítica a la pregunta del plebiscito es que no aclara que se trata de un acuerdo entre gobierno y FARC, con lo que puede dar a entender que lo que se está votando es una paz absoluta.

Pero es difícil imaginar que quienes efectivamente vayan a votar no sepan que ese es el caso.

Un letrero a favor del "sí" en la ciudad de Cartagena.

No obstante, es cierto que un acuerdo aprobado y exitosamente implementado no implicará la paz total para Colombia.

Todavía están activos los grupos armados organizados (o bandas criminales, como eran llamados hasta hace algunos años), formados tras la desmovilización paramilitar de mediados de los 2000.

Estos grupos tienen una importante presencia en el territorio colombiano, en el que extorsionan a la población y se dedican al narcotráfico, minería ilegal y tráfico de personas, entre otras actividades crimínales.

Y además todavía sigue activo el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla de izquierda más grande del país, que opera desde la misma época que las FARC, desde mediados de los 60.

Meses atrás se anunció la intención de comenzar diálogos de paz formales entre el gobierno y el ELN.

Pero la resistencia del grupo guerrillero a ceder a la exigencia del gobierno de liberar a todas las personas que tienen secuestradas y abandonar esa práctica, tiene frenadas las negociaciones.

Días atrás el presidente Santos dijo que apenas eso ocurra podrán comenzar los diálogos casi de forma inmediata.

5. ¿Cuántos votos se necesitan para ganar el plebiscito?

Para que una votación a favor de los acuerdos sea válida, esta opción tiene que superar al "no" y también recibir el apoyo de al menos un 13% del total de los votantes registrados, lo que equivale a unos 4,5 millones de votos.

4,5 millones de votos bastarían para darle la victoria al "sí".

Muchos han argumentado que es un umbral muy bajo, pero en la sentencia que regula el plebiscito la Corte Constitucional de Colombia determinó lo contrario.

Su explicación es que en un país con bajos niveles de participación electoral ese es un umbral aceptable.

6. ¿Qué pasará si gana el sí?

Si gana el "sí" comenzará la implementación de los acuerdos con una serie de trámites en el Congreso, los que se gestionarán aprovechando mecanismos aprobados especialmente con el fin de acelerar el proceso.

Se espera que una de las primeras leyes que pase por allí será la de amnistía, para garantizar a las FARC que no serán perseguidas por la justicia regular (especialmente el grueso de sus guerrilleros rasos, que son entre 6.000 y 7.500, y de sus milicianos, que son entre 7.000 y 10.000).

Una vez ratificados los acuerdos los guerrilleros se concentrarán en varios campamentos a lo largo del país.

Paralelamente, y durante un período de seis meses, las FARC se concentrarán en distintos puntos del país, aisladas de la población civil.

Y allí irán depositando su armamento en contenedores, en un proceso que tendrá lugar por etapas y será verificado por una misión de Naciones Unidas, que enviará más de 450 observadores al país.

Cumplidos los seis meses, los exguerrilleros pasarán a formar parte de la sociedad civil, muchos probablemente dedicándose a proyectos económicos colectivos que desarrollarán las FARC como organización política.

Y a más tardar en mayo de 2017 las FARC tendrán un congreso para definir su futuro como partido político legal.

La aprobación de las acuerdos también permitirá empezar la integración de las salas y tribunales de la llamada Jurisdicción Especial para la Paz, el mecanismo de justicia transicional contemplado en los acuerdos, así como de la Comisión de la Verdad que buscará esclarecer lo ocurrido en lo más de 50 años de conflicto.

7. ¿Qué pasará si gana el no?

Si el "sí" no alcanza el 13% o el "no" recibe más votos el acuerdo habrá sido rechazado por los colombianos.

Los partidarios del "no", cuya figura más visible es el senador y expresidente Álvaro Uribe, insisten en que su intención es ganar el plebiscito para forzar una renegociación de lo pactado, modificando aquellos elementos que no los convencen.

La campaña del "no" dice que los acuerdos se pueden renegociar.

La renegociación es algo que está contemplado en la sentencia de la Corte Constitucional.

Pero el gobierno dice que de producirse una victoria del "no" los acuerdos quedarán descartados y se activará un protocolo para que las FARC vuelvan a sus campamentos.

Y el presidente Juan Manuel Santos le dijo a BBC Mundo que no contempla esa posibilidad y ha asegurado en más de una ocasión que no tiene un plan B.

Si esa confianza está justificada o no se sabrá este domingo 2 de octubre.

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