Bloomberg

La ministra del Interior del Reino Unido, Amber Rudd, criticó a funcionarios estadounidenses por filtrar detalles sobre el ataque terrorista del lunes en Manchester, advirtiendo al aliado británico que eso no debe volver a suceder.

El atentado suicida después de un concierto popular en Manchester dejó 22 muertos y 59 heridos, con muchos niños entre las víctimas. Varios detalles, como la identidad del atacante, aparecieron en medios de comunicación estadounidenses antes de que las fuerzas de seguridad británicas estuvieran listas para divulgar la información.

"La policía británica ha dejado bien claro que quiere controlar el flujo de información para proteger la integridad operativa, el elemento sorpresa, por lo cual resulta irritante que lo publiquen otras fuentes", dijo Rudd a BBC Radio el miércoles, cuando se le preguntó sobre las filtraciones estadounidenses. "He dejado bien en claro a nuestros amigos que esto no debe volver a ocurrir”.

No es frecuente que el gobierno británico critique públicamente a Estados Unidos y en términos tan contundentes. La reprimenda plantea el riesgo de que aliados clave se vuelvan más reacios a compartir información de seguridad vital con la superpotencia mundial.

The Washington Post informó la semana pasada que el presidente Donald Trump había compartido con Rusia información sensible de un socio de inteligencia estadounidense sobre un complot de Estado Islámico. El lunes, Trump insinuó que la fuente de esos datos pudo haber sido Israel.

El nombre del atacante, Salman Ramadan Abedi, fue revelado por primera vez el martes por CBS en Estados Unidos, lo que obligó a la policía británica a decir que cualquier especulación sería "inútil y potencialmente perjudicial" para la investigación. El Reino Unido confirmó la identidad del terrorista mucho más tarde en la jornada.

Antes de los ataques de Manchester, la primera ministra Theresa May había dicho que Gran Bretaña continuaría compartiendo inteligencia con los Estados Unidos y que tenía confianza en la relación entre ambos países.

El miércoles, Rudd señaló que esta posición no cambiaría. La ministra dijo que los estadounidenses no habían comprometido la investigación de Mánchester y posteriormente declaró a Sky News que "los estadounidenses tienen muy claro que necesitamos su apoyo para mantener la integridad de las operaciones y esto implica también controlar la información".

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