La ciudad de Río de Janeiro continuó este viernes (22.07.2016) en calma y sin aparentes cambios un día después de la polémica generada por la detención de diez sospechosos brasileños de planear un atentado terrorista durante los Juegos.

Los puntos más concurridos de la ciudad, como la emblemática playa de Copacabana, la Praça Mauá o el aeropuerto internacional Tom Jobim, continuaron con la misma cantidad de turistas que cualquier otro día. Las autoridades presentes en dichos lugares se reducían a cuerpos de policía municipal, civil y policía militar, así como agentes de la secretaría de Derechos Humanos, las mismas que patrullan las calles desde hace semanas como parte del proyecto "Seguridad Presente".

Policías y militares patrullarán Rio Estos comandos, divididos entre las regiones de Río de Janeiro de Flamengo, de la Lagoa de Rodrigo Freitas, Lapa, Meier y Centro, pretenden asegurar la seguridad pública y ayudar en caso de encontrar a personas con necesidad de asistencia social.

Solo en el centro, cerca de 500 policías patrullarán las calles del núcleo urbano de Río durante los Juegos, que serán acompañados paralelamente por militares para lidiar con la ingente llegada de turistas. Las otras patrullas, instauradas desde hace poco menos de dos años, dispondrán de ayudas similares durante los Olímpicos y Paralímpicos.

Este proyecto, que ganará importancia durante el evento deportivo, será mantenido una vez acaben los Juegos dado los beneficios que genera en los barrios donde ha sido instalado, según destacaron algunos agentes. 

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