El Senado de Estados Unidos inició este martes el segundo juicio político de Donald Trump, con una presentación de los acusadores demócratas argumentando que el exmandatario debe ser condenado por los hechos "puros y duros" del violento ataque al Congreso el mes pasado.

Acusado de "incitación a la insurrección", el exmandatario republicano, que dejó el poder el 20 de enero y reside ahora en Florida, no comparecerá a declarar. Y es muy probable que finalmente sea absuelto por la Cámara Alta, como ya lo fue hace un año.

En silencio, los congresistas demócratas que se desempeñan como fiscales en el proceso, cruzaron hacia el Senado los mismos pasillos del Capitolio, sede del Congreso, donde los manifestantes pro-Trump irrumpieron el 6 de enero, sembrando el caos y forzando la evacuación de los legisladores.

En una situación sin precedentes, los 100 senadores que actúan como jurados fueron testigos y víctimas del atentado. Después de una oración, tomaron sus lugares para este proceso doblemente histórico.

Es la primera vez que un expresidente estadounidense es sometido a un juicio político. Y el 13 de enero, el magnate inmobiliario se convirtió en el primer inquilino de la Casa Blanca en ser imputado dos veces en la Cámara de Representantes, tras la acusación por presiones a Ucrania para perjudicar a su entonces rival Biden, un proceso del que absuelto el 5 de febrero de 2020.

Jamie Raskin, el demócrata que lidera la acusación, dijo que el caso se basa en hechos "puros y duros" y procedió a exhibir un video de 10 minutos para argumentar que el exmandatario alentó la toma del Capitolio, que dejó cinco muertos.

El video mostró fragmentos de las escenas de caos y las feroces declaraciones de Trump a sus partidarios, reunidos en un mitin en Washington poco antes de que el Congreso sesionara para certificar formalmente la victoria de su rival demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales.

"Luchen como el demonio", dijo Trump, justo antes de la asonada al templo de la democracia estadounidense.

Efectivos de la Guardia Nacional en los venerables corredores, altas barreras que protegen el Capitolio: las medidas de seguridad sin precedentes este martes recuerdan la violencia y la conmoción causada por el asalto.

Ir rápido

Acusación "absurda" contra evidencia "abrumadora": los abogados del expresidente republicano y los demócratas a cargo de la acusación ya han marcado el tono de las discusiones que se producirán durante el juicio. 

La Constitución requiere una mayoría de dos tercios para un veredicto de culpabilidad. Y aunque senadores republicanos han criticado el rol del 45º presidente de Estados Unidos en el violento episodio, parece poco probable que 17 de ellos se unan a los 50 senadores demócratas para condenar a Trump, aún muy popular en la base de su partido.

Una cosa es segura: ambos bandos quieren ir rápido: los republicanos porque no quieren detenerse en un caso que divide a sus filas y los demócratas porque quieren que el Senado pueda volver a centrarse rápidamente en aprobar los nombramientos y proyectos del presidente Joe Biden.

Por eso, una votación final podría tener lugar a principios de la próxima semana.

Presentándose como un "unificador" de un Estados Unidos muy polarizado, Biden se ha cuidado de mantenerse alejado de este procedimiento. El presidente no va a comentar los argumentos, ni mirar las audiencias, subrayó una vez más este martes la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Proceso "absurdo"

Un debate jurídico sobre la constitucionalidad del juicio ocupará la tarde del martes: cada parte tiene dos horas para entregar sus argumentos y luego los senadores votarán si tienen o no competencia para llevar adelante el proceso.

Dado el control demócrata en la Cámara Alta, es probable que el juicio continúe.

La competencia de los senadores está en el centro de los argumentos de los abogados de Trump, David Schoen y Bruce Castor, para quienes resulta "absurdo e inconstitucional lanzar un proceso de destitución contra un ciudadano común", un argumento que ha sido repetido por muchos legisladores republicanos.

"Es nuestro solemne deber constitucional llevar a cabo un juicio político justo y honesto de los cargos contra el expresidente Trump, los cargos más graves jamás presentados contra un presidente de Estados Unidos en la historia de Estados Unidos", declaró el líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, al iniciarse el proceso. 

Para los demócratas que lideran la acusación, el multimillonario es responsable de "la peor violación constitucional" cometida por un presidente estadounidense. Recuerdan cómo Trump se negó a reconocer su derrota ante Biden, denunciando -sin ninguna prueba- fraudes electorales "masivos". 

"De esa manera alumbró la llamarada de la insurrección", insistieron el martes los demócratas "fiscales".

Pero para la defensa de Trump, "el presidente no instó a nadie a cometer actos ilegales". Decir que podría ser responsable de la violencia de un "pequeño grupo de criminales" que "lo malinterpretaron absolutamente" es "simplemente absurdo", escribieron el lunes.

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