Los 20 de julio se conmemora el golpe de Estado fallido de los oficiales de la Werhmacht contra Adolfo Hitler. Pero, entretanto, en esta fecha se incluye a muchos otros que también formaron parte de la resistencia.

En este lugar se ejecutó a los fracasados golpistas del 20 de julio de 1944. Un patio pavimentado en la Central del Ejército Federal en Berlín, el edificio Benderblock. La ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, del Partido Socialdemócrata (SPD) habla desde el púlpito y no levanta casi la cabeza de su manuscrito.

Hace 72 años, un grupo de oficiales de la Wehrmacht intentó asesinar a Adolfo Hitler y derrocar a su círculo político más cercano. “La gente de la que nos acordamos hoy tomó partido por otra Alemania”. La ministra no tenía solo en mente a la resistencia en torno a Claus Graf Schenk von Stauffenberg

A unos metros de la ministra, se halla una gran estatua de bronce de un joven con manos atadas y que mira, sobre la corona de flores, a los invitados del acto conmemorativo, donde también se encuentra la teóloga Verena Freifrau von Hammerstein, cuyo marido fue encarcelado por pertenecer a los golpistas. Además, asistieron muchos políticos. Este acto conmemorativo del Gobierno alemán por la resistencia contra el Nazismo es una cita política relevante en Berlín y que muestra que Alemania ha evolucionado en su ritual del recuerdo. 

El comienzo de la resistencia contra Hitler

Hendrick mencionó casi al comienzo de su discurso a quienes se pusieron por primera vez en pie en contra de la tiranía nazi: los miembros del Movimiento Obrero. La ministra reconoce “que a pesar de las represalias no se quedaron de brazos cruzados”. Hendricks se acuerda de la labor de la Organización Reichsbanner Schwarz-Rot-Gold, en la que opusieron resistencia tanto socialdemócratas como liberales y católicos. Además mencionó a la organización estudiantil la Rosa Blanca, al autor de un atentado contra Hitler, Georg Elser, y al grupo de resistencia civil Círculo de Kreisau. “Me es imposible acordarme de todos los grupos de resistencia y permítanme que solo me concentre en los grupos que han influido en mí”.

Durante siglos han coexistido una forma correcta y una forma ignorada de oponerse a Hitler y a su régimen: en el oeste del país, Stauffenberg y su círculo de conspiradores pertenecientes a una élite y quizá la oposición cristiana. En el este no querían saber mucho sobre el tema y se hablaba casi exclusivamente sobre la resistencia de la clase obrera. Entre tanto, es posible incluirlos a todos. Para Hedricks la esencia de la resistencia radica en que actuaron mientras que el grueso de la población fue leal a Hitler hasta el final. “Con sus hechos lograron preservar un mínimo de dignidad y decencia en Alemania.” Allanaron el camino para poder volver a la comunidad de valores de las naciones democráticas, dijo la ministra. 

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