Donald Trump admitió este martes que si fuera necesario utilizaría su propio patrimonio para su campaña de reelección, cuando faltan ocho semanas para los comicios en Estados Unidos y el mandatario está rezagado en las encuestas. 

Esta confesión poco habitual, de que el mandatario podría necesitar recurrir a sus fondos personales al inicio de una gira por cinco estados claves, pone en relieve sus dificultades para atraer votantes y recursos necesarios para remontar la cuesta ante su rival, el demócrata Joe Biden.

"Si tuviera que hacerlo, lo haría", admitió este martes a los periodistas. "Haré lo que sea necesario" dijo. 

Hace cuatro años cuando derrotó a Hillary Clinton había aportado 60 millones de sus activos, pero actualmente el patrimonio del presidente está rodeado de secretismo y hasta ahora se ha negado tenazmente a entregar su declaración de impuestos. 

El 45º presidente de la historia de Estados Unidos, en su búsqueda de cuatro años más en la Casa Blanca, desechó un estilo de campaña ostentoso y caro que había desplegado en la primaveral boreal y al inicio del verano bajo la batuta de su director Brad Parscale, que fue despedido. 

"Mi campaña gastó mucho al principio para contrarrestar las historias falsas y las noticias falsas sobre nuestra versión del virus chino [COVID-19]", se defendió en Twitter.

Este martes Trump se trasladó hasta Jupiter, en Florida, un estado que el mandatario necesita sumar si quiere permanecer en la Casa Blanca. Justo después visitará Carolina del Norte, otro estado pendular que en 2016 lo apoyó pero que ahora ir para Biden. 

El jueves viajará a Michigan y el fin de semana a Nevada

El viernes, Trump y Biden van a coincidir en Pensilvania -otro bastión fluctuante- para las conmemoraciones de la caída del vuelo 93, el día de los ataques del 11 de septiembre. 

Todavía no está claro si van a declarar una breve tregua y aparecer de forma conjunta en la ceremonia para recordar al grupo de pasajeros que se amotinó cuando el avión fue secuestrado y que lograron derribarlo. 

A ocho semanas de las elecciones, el millonario republicano quiere perfilar una promesa doble: la llegada inminente de una vacuna y un espectacular repunte de la economía, después del profundo bache y el alza del desempleo por la pandemia que deja además 189.000 muertos.

Su postura es culpar a los demócratas de ensombrecer el panorama sanitario y de imponer restricciones excesivas en las ciudades y en los estados que controlan motivados por un cálculo electoral y no por la salud pública. 

"Los demócratas van a abrir sus estados el 4 de noviembre, el día después de la elección. Estos cierres son ridículos y sólo sirven para perjudicar la economía antes de la elección que quizás es la más importante de nuestra historia", afirmó en Twitter antes de iniciar su gira. 

Por su parte los republicanos acusan a Joe Biden y a su compañera de fórmula, Kamala Harris, de politizar la búsqueda de una vacuna para la COVID-19, después de que la senadora afirmara que no creía "ni una palabra" del mandatario republicano al respecto. 

Para Kayleigh McEnany, portavoz de la Casa Blanca, los demócrata están jugando a un juego peligroso al sembrar dudas en un tema tan sensible. 

Obama sigue en primera línea

En medio de un clima tenso, Mark Meadows, el jefe de gabinete de la Casa Blanca afirmó su optimismo sobre la adopción, antes de las elecciones, de un nuevo plan de ayuda, afirmando que pese a las profundas diferencias los dos partidos pueden lograr un acuerdo. 

Meadows declaró en una entrevista a la cadena Fox Business su "optimismo".

En marzo, el Congreso aprobó un proyecto de emergencia para desbloquear 2,2 billones de dólares, más 500.000 adicionales a finales de abril, para hacer frente a una crisis sin precedentes. 

En contraste con la actividad frenética del millonario republicano, Joe Biden, de 77 años, solo tiene un desplazamiento el miércoles a Michigan.  

Pero en este panorama mediático hay otro demócrata muy presente: el expresidente Barack Obama

El martes, el exmandatario entregó su apoyo a Kamala Harris en un video en el que le ofrece consejos de campaña para seguir haciendo ejercicio y para conectar con la gente. 

"Yo voy a hacer todo lo que pueda y Michelle también para asegurar que todo fluya en las elecciones", prometió. 

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