La sorpresiva decisión de Donald Trump de despedir a James Comey, el director del FBI, desató una ola de críticas en Estados Unidos, sobre todo porque se encontraba en proceso una investigación criminal sobre si los asesores del Presidente estaban al tanto y participaron de la intervención rusa durante la elección.

A través de una seguidilla de mensajes en Twitter, el mandatario defendió su postura. 

"Los demócratas dijeron las peores cosas sobre James Comey, incluyendo el hecho de que debería haber sido despedido, pero ahora están tan tristes", escribió.

"Comey perdió la confianza de casi todos en Washington, republicanos y demócratas. Cuando las cosas se calmen, me lo agradecerán", añadió.

La razón que expuso el martes Trump para la salida del director del FBI fue la manera en que manejó el caso de los correos electrónicos que Hillary Clinton envió desde un servidor privado, el mismo que utilizó el magnate para atacarla durante la campaña.

El presidente anunció, también a través de su red social favorita, que Comey será reemplazado por alguien que "hará un mucho mejor trabajo, devolviéndole el espíritu y el prestigio al FBI".

El despido del jefe de la policía federal se produjo en la antesala de la reunión que Trump sostendrá hoy con el jefe de la diplomacia rusa Serguei Lavrov, cuyo motivo oficial es conseguir apoyos para su plan para terminar con el conflicto en Siria.

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