AFP

"La paz es una elección que debemos hacer cada día y Estados Unidos está aquí para ayudar a hacer este sueño posible", declaró Trump. 

"Estoy comprometido para tratar de alcanzar un acuerdo de paz entre los israelíes y los palestinos, y tengo intención de hacer todo lo que pueda para ayudarles a lograr ese objetivo", dijo Trump.

Abas recibió en el palacio presidencial de Belén al presidente estadounidense, que llegó en un convoy por carretera cruzando el muro erigido por Israel para "protegerse" de los ataques palestinos y el no menos impresionante 'checkpoint' que controla el acceso de Belén a Jerusalén. 

Trump pudo contemplar así una de las llamativas realidades entre israelíes y palestinos, luego de que la víspera diera en Jerusalén sus primeros pasos en el terreno de uno de los más viejos conflictos del mundo.

Una gran parte de la ciudad de Belén vive a la sombra del muro, una "barrera de seguridad" para los israelíes y un "muro del apartheid" para los palestinos. 

No obstante, en la carretera había colgada una gran pancarta que proclamaba en inglés: "La ciudad de la paz saluda al hombre de la paz". Además el camino estaba repleto de banderas estadounidenses y vigilado por las fuerzas de seguridad palestinas. 

El lunes, en Jerusalén, Trump señaló junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que "de todos los acuerdos", el de Israel con los palestinos "es uno de los más duros pero tengo la impresión de que acabaremos consiguiéndolo. Espero".

'Nueva alianza' 

La víspera Trump expuso una visión de la solución del conflicto, directamente relacionado con la resolución de los problemas de la región.

La convergencia de intereses entre los países árabes e Israel frente a la amenaza del extremismo y de Irán, representa una "rara oportunidad", también para poner fin a uno de los conflictos más viejos del planeta, manifestó Trump.

El presidente estadounidense citó una y otra vez al rey Salmán, soberano de Arabia Saudita. Este país, donde se desarrolló la etapa inaugural de su primer viaje al extranjero, es un importante socio en los esfuerzos de paz pese a que Israel no tiene relaciones diplomáticas con él.

"Creo que un nuevo nivel de alianza es posible", declaró Trump. "Por primera vez en mi vida, veo una esperanza real de cambio", señaló Netanyahu.

Sin embargo, el horizonte entre israelíes y palestinos nunca ha parecido más oscuro. Las últimas negociaciones, bajo los auspicios de Estados Unidos, se estancaron en 2014. 

El año 2017 marca, además, los cincuenta años de la ocupación y colonización de los israelíes en los territorios palestinos. 

Trump evitó desde que llegó el lunes a Israel abodar cuestiones concretas, como la colonización, la violencia palestina o el estatuto de Jerusalén. Dio garantías a los israelíes al hablar de "lazos indestructibles" entre los dos países y al convertirse en el primer presidente estadounidense en el cargo en visitar el Muro de los Lamentos. 

Movilización de Hamas 

El presidente estadounidense creó desconcierto en la comunidad internacional al afirmar su intención de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Una vez fue investido alarmó a los palestinos al distanciarse de la solución de los dos Estados, que supone la creación de un Estado Palestino independiente. 

Pero desde entonces cambió. Su consejero de Seguridad Nacional, el general Herbert Raymond McMaster, mencionó hace poco su deseo de "autodeterminación para los palestinos". 

Los dirigentes palestinos, por su parte, se felicitan por esta evolución y Abas debería recordar a Trump las aspiraciones palestinas de independencia. 

En este momento, Abas es un presidente palestino considerablemente debilitado. Los hermanos enemigos del Hamas islamista, que gobiernan en la Franja de Gaza, movilizaron a sus militantes el lunes para denunciar que Trump los clasifique como organización terrorista. 

Impopular y desprovisto de legitimidad electoral ahora mismo, Abas además está atascado en una grave crisis, ya que centenares de palestinos están en huelga de hambre en las cárceles israelíes. 

Por la tarde, Trump depositará un ramo en el memorial del Holocausto de Jerusalén. También pronunciará un discurso en el museo de Israel, antes de volar hacia el Vaticano. 

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