El presidente estadounidense, Donald Trump, precisó este lunes que solo se reuniría con Nicolás Maduro para discutir su salida del poder, después de que surgieran dudas sobre su apoyo al opositor Juan Guaidó por declaraciones en las que se mostró proclive a un encuentro con el mandatario venezolano.

Los fragmentos de una entrevista de Trump al portal digital Axios difundidos el domingo por la noche plantearon un giro de 180 grados en su política de "máxima presión" hacia Venezuela, abriendo la puerta a un encuentro con Maduro, a quien Washington no reconoce como presidente de Venezuela.

Pero en la mañana del lunes, Trump precisó en Twitter que solo se reuniría con Maduro para "discutir una cosa: una salida pacífica del poder". 

En la entrevista a Axios, el mandatario estadounidense afirmó que podría contemplar una cita con Maduro y afirmó que nunca se opone a este tipo de encuentros.

"Siempre digo que se pierde muy poco con las reuniones. Pero hasta ahora, las he rechazado", agregó, refiriéndose a un encuentro con Maduro.

Maduro por su parte respondió que está "dispuesto a conversar respetuosamente con el presidente Donald Trump". 

Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, se autoproclamó presidente interino del país en enero de 2019 y ha sido reconocido como tal por cerca de 60 países liderados por Washington, que consideran ilegítimo el segundo gobierno de Maduro por irregularidades en las elecciones de 2018.

En febrero, Guaidó fue recibido por Trump en la Casa Blanca y fue ovacionado tanto por republicanos como demócratas durante el discurso anual del mandatario sobre el estado de la Unión en el Capitolio.

En marzo, Washington inculpó a Maduro por "narcoterrorismo", y ofreció hasta 15 millones de dólares por información que permita su arresto.

Sin embargo, en la entrevista concedida a Axios, Trump expresó sus reservas hacia Guaidó y hacia su desempeño e "indicó que no tiene mucha confianza" en él.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, reiteró este lunes que "nada ha cambiado" y que Trump continúa reconociendo a Guaidó como "el líder de Venezuela". 

Mensaje con eco en Florida

A menos de cinco meses de las elecciones presidenciales, el candidato de los demócratas, Joe Biden, criticó a Trump por su postura frente a Venezuela y lo acusó de admirar a "matones y a dictadores como Maduro". 

"Como presidente yo voy a estar del lado del pueblo de Venezuela y de la democracia", afirmó Biden en Twitter en un comentario a la entrevista de Axios. 

El tema de Venezuela es importante en la campaña presidencial estadounidense ya que puede incidir en el voto en Florida, un estado clave para asegurar la elección, donde hay una importante población de latinos y venezolanos sensibles al tema. 

La legisladora demócrata por Florida Debbie Mucarsel-Powell, nacida en Ecuador, condenó las palabras de Trump e indicó que ejemplifican su "incoherencia e inconsistencias" en política exterior. 

Esta polémica cayó como agua de abril al Partido Demócrata, que criticó en un comunicado las palabras de Trump, afirmando que muchos votantes de Florida que huyeron de dictaduras "están hartos del caos, la incompetencia y el egoísmo" del actual gobierno de Estados Unidos. 

Las declaraciones de Trump coinciden con la publicación esta semana de un libro de memorias del exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, que ha causado un gran revuelo en Estados Unidos. 

Según extractos del libro publicados por Axios y otros medios estadounidenses, Bolton escribió que Trump tuvo sus dudas sobre Guaidó desde el principio ya que lo consideraba "un niño" frente a un Maduro que proyectaba una imagen "fuerte".

Respondiendo a una pregunta sobre si lamentaba su decisión de apoyar a Guaidó, como sugiere Bolton, Trump dijo: "Podría haber vivido con Guaidó y sin él, pero yo estaba muy en contra de lo que pasaba en Venezuela".

Estados Unidos lidera desde enero de 2019 una campaña internacional para sacar del poder a Maduro, a quien atribuye corrupción generalizada y graves abusos a los derechos humanos, así como la debacle económica de la otrora potencia petrolera. 

Pero a pesar de una batería de sanciones y un embargo de facto a las exportaciones de crudo, Maduro sigue en el poder con apoyo de la jerarquía militar y de Cuba, Rusia y China.

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