La constructora mexicana, Cementos Chihuahua, se ha ofrecido para ser la encargada de fabricar el muro que Donald Trump quiere para separar definitivamente a Estados Unidos de México.

Ni el menosprecio ni la humillación ni los insultos racistas de Donald Trump han impedido al director de la compañía hacer la oferta al presidente electo estadounidense para colaborar en la construcción del muro que pretende levantar en la frontera.

El propietario de la cementera, que está ubicada en el estado fronterizo de Chihuahua, reconoció en una entrevista con El País "que ve una oportunidad de negocio en la propuesta del magnate".

“Build that wall” se convirtió en uno de los eslóganes que han coreado los seguidores de Trump antes y después de la campaña. Un tercio de los 3.000 kilómetros de frontera entre ambos países ya está marcado por una barrera de placas metálicas, levantada por la Administración Clinton en 1993.

La idea original de Donald Trump era terminar definitivamente la pared y pagar el muro con las remesas de los migrantes mexicanos en EE UU. El empresario explicó que el muro se levantaría y que México no sabe, pero ellos lo van a pagar“.

Luego de ganar las elecciones, la semana pasada rebajó su tono al indicar en una entrevista televisiva que en algunas partes “podrá ser una valla”.

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