El arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, se refirió a Leda Bergonzi, denominada como “la sanadora de Rosario” quien está en Chile y este fin de semana congregó a miles de personas en el Templo Votivo de Maipú y la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes en Quinta Normal. 

Si bien el arzobispo dijo, en radio Cooperativa, no compartir los dichos de Bergonzi sobre que “el cáncer tiene un origen y es la falta de perdón”, aseguró que su éxito en nuestro país se debe a la fe que tienen los chilenos y a la “desesperación” que viven muchas personas. 

“Yo estoy absolutamente en contra de esa afirmación de ella, no es lo que dice la ciencia en la cual yo creo mucho”, enfatizó Chomalí.

“Evidentemente que pudieron haber problemas, pero hay que reconocer que Chile es un país de fe y hay gente que está desesperada. Todos hemos tenido parientes con cáncer y todos siempre buscamos el último recurso frente a la última oportunidad. Y esa ventana de fe yo no se la voy a cerrar a la gente, porque no tengo derecho a eso”, añadió el representante de la iglesia.

“Yo no creo en eso, pero no significa que alguien, frente a una desesperación angustiante… quizás nos falta un poco de educación en ese ámbito, pero el tema de la fe es algo muy delicado, muy personal, y yo eso lo respeto siempre”, complementó.

"La sanadora de Rosario” en los espacios de la Iglesia

El arzobispo Chomalí aseguró que, cuando él conoció que venía "la sanadora de Rosario” a Chile los permisos ya habían sido otorgados, pero aseguró que Leda Bergonzi tiene autorización del arzobispo de Rosario, y que por eso fue recibida. 

“Cuando llegó a Santiago la semana pasada me plantean que está esto ya absolutamente organizado. Yo pregunto y el tema es que esta señora tiene un movimiento que tiene una autorización del arzobispo de Rosario, yo tengo esa autorización, por lo tanto, nosotros la acogimos”, explicó.

Chomalí además mencionó como otro de los motivos del éxito de la mujer que dice hacer milagros en Chile es la “soledad” en que vive la gente. 

“Las personas en Chile están ávidas de encuentros, de juntarse, yo creo que la gran crisis en Chile no es de fe, es de soledad, nos sentimos volcados ante una sociedad que nos exige y que no persona. Estas manifestaciones en los santuarios demuestra eso”, opinó.  

“Nosotros somos muy buenos para mirar los fenómenos, pero junto con mirar los fenómenos hay que mirar los fundamentos. En Chile las personas estamos solas, queremos juntarnos, y cuando se nos ofrece algo para juntarnos, sea lo que sea, ahí estamos”, añadió. 

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