El 2007 comenzó el ingreso de mujeres a las filas de la Armada mediante un proceso que la comandancia considera que “ha sido muy exitoso”.

Esta integración se ha visto opacada por los recientes hechos que, a juicio de la autoridad naval, “vulneraron principios que nosotros hacemos respetar, como son la violación de la privacidad, el respeto a las personas, la camaradería y la lealtad, que son particularmente necesarios en comunidades, como un buque”, aseguró el almirante Enrique Larrañaga, comandante en jefe de la Armada.

El episodio al que se refiere Larrañaga es que, un grupo de marinos de la fragata almirante Lynch instaló cámaras para tomar fotografías íntimas de sus compañeras, que luego difundieron entre los marinos y que al salir a la luz pública provocó grandes cuestionamientos por parte de la opinión pública y las autoridades del Poder Ejecutivo.

Las grabaciones

De acuerdo con lo informado, las imágenes de las funcionarias habrían sido captadas mediante un sofisticado sistema de cámaras, lo que el  comandante desmintió tajantemente.“Se ha hablado de una red de espionaje, que a mí me parece un término un poco excesivo, porque es una sola persona que filmó y difundió”, aseguró el almirante y agregó que “la verdad es que cualquier persona puede comprar a través del comercio por internet. De sofisticado no tiene nada”.

El accionar de los marinos generó un gran debate sobre el respeto a las mujeres dentro de la institución, pero también provocó controversia sobre la seguridad al interior de las embarcaciones de la Armada. Sobre esto, la autoridad militar aseguró que “dentro de los buques hay departamentos y sectores que son de libre tránsito, como los dormitorios, los comedores o los baños, a los que todo  el personal tiene acceso. Y hay otros departamentos, de clasificación “reservado”, a los cuales solamente puede acceder un determinado personal del buque”.

El comandante también se refirió al proceso que se abrió al descubrir el accionar de los funcionarios y señaló que “esto fue detectado por personal del buque, e informado por personal del buque. De manera que se descubrió al interior de la institución y se siguieron todos los procedimientos que están establecidos: dar cuenta, iniciar la investigación sumaria y denunciar estas cosas a la Fiscalía Naval”.

Respecto de las investigaciones que se están llevando a cabo, el almirante explicó que, por un lado la Fiscalía Naval está investigando un eventual delito de vulneración de la privacidad tipificado en el Código Penal  y por el que arriesgan penas que van desde los 61 días a los 5 años dependiendo de los resultados que arrojen las pesquisas. Desde el punto de vista naval y militar, el comandante indicó que la máxima sanción es “el licenciamiento del servicio, o sea el retiro de la institución”.

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