La comunidad escolar del Liceo Almirante Riveros, en la comuna de Conchalí, Región Metropolitana, se encuentra sumida en una serie de robos recurrentes que han afectado gravemente el funcionamiento del establecimiento y la tranquilidad de sus alumnos, apoderados y docentes.

Según denuncias de los directivos, apoderados y estudiantes, los robos no solo incluyen material educativo y equipos tecnológicos, sino que han llegado a afectar lo más básico: los almuerzos de los estudiantes.

El director del establecimiento, Samuel Conejeros, explicó que este es el séptimo robo en lo que va del período escolar y detalló que la situación ha ido más allá de lo económico. “nosotros estamos viviendo el séptimo robo en este periodo, una oleada de robos que han afectado en términos generales el funcionamiento del liceo y también la salud mental de la comunidad.

Hay cuestiones que son del día a día que tienen que ver también con la alimentación y reformularnos de qué forma damos alimentación cuando no se puede cocinar porque no hay alimentos, pero al mismo tiempo también computadores, insumos de aseo, insumos didácticos, una serie de cuestiones que son fundamentales para el funcionamiento y la calidad de los procesos educativos" comentó Conejeros.

Entre los objetos robados se encuentran computadores, insumos didácticos, material de aseo y hasta equipos tecnológicos esenciales para las clases. “La sensación es de rabia, impotencia porque le roban los recursos a todos los niños y hace que no puedan participar en algunas actividades", explicó Matías Salgado, apoderado del establecimiento.

Piden mejor iluminación y presencia policial para frenar ola de robos 

Los padres y apoderados del Liceo Almirante Riveros se han organizado para manifestar su descontento y preocupación por la situación, usando consignas como “Los niños andan asustados, no les roben a nuestros niños, no tienen la culpa de sus vicios”. De acuerdo con los testimonios, los robos se han perpetrado con tal violencia y frecuencia que incluso se han llevado objetos simbólicos del establecimiento sin mucho valor monetario, como la campana histórica del liceo, que según el director, probablemente "será vendida como metal".

A pesar de que se han reforzado las medidas de seguridad, como enrejado de accesos y el establecimiento de rondas de vigilancia, los robos no han cesado. El director señaló que, aunque se están invirtiendo esfuerzos en resguardar el recinto, las soluciones físicas no parecen ser suficientes. "Creo que no tendremos la capacidad de enrejar todo lo que signifique un posible ingreso. La solución debe ir más allá de lo físico. Algunos apoderados incluso han propuesto hacer guardias, pero esto no debería ser una solución", expresó el director.

Además, los vecinos han manifestado que la delincuencia no solo afecta al colegio, sino también a las viviendas del sector. La falta de iluminación pública y una aparente escasa presencia de la fuerza policial han sido mencionadas como factores que contribuyen a la inseguridad en la zona.

Ante esta situación, la comunidad educativa del Liceo Almirante Riveros hace un llamado a las autoridades municipales y a la policía para que refuercen la presencia en el sector y tomen medidas efectivas que garanticen la seguridad de los estudiantes y el personal. Además, solicitan mejorar la iluminación pública y una mayor atención a las problemáticas sociales que afectan a la zona.

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