El ecologista estadounidense Douglas Tompkins, que este lunes perdió la vida producto de un accidente mientras realizaba una expedición en kayak por el Lago General Carrera en en el sur de Chile, dedicó toda su vida a las dos pasiones que lo marcaron desde joven: el mundo empresarial y el activismo medioambiental. Actualmente se dedicaba a la filantropía y residía en el sur de Chile donde era dueño de vastas zonas de tierra.

Inicios de un aventurero

Tompkins nació el 20 de marzo de 1943, en Ohio, Estados Unidos, lugar que dejó tempranamente para vivir sus primeros años en Nueva York. Tiempo después, su familia se mudó a Millbrook donde realizó sus estudios primarios y secundarios, los cuales no alcanzó a terminar. El mundo de la aventura y naturaleza lo encantó desde muy joven, es por ello que a los 17 años dejó a su familia y partió hacia el oeste de Estados Unidos para dedicarse a esquiar y escalar.

Su espíritu joven y aventurero lo obligó a no permanecer en ese lugar y viajó por el los lugares más hermosos de América del Norte, Europa y América del Sur. Durante esos años comenzó a desarrollar una visión empresarial que lo llevó a fundar un negocio dedicado al de servicio de guías de escalada. En ese tiempo conoció a Susie Buell, quién más tarde sería su esposa.

Ojo para los negocios

En 1964, cuando sólo tenía 21 años, Douglas y Susie iniciaron su aventura empresarial en conjunto cuando fundaron “The North Face”, un negocio dedicado al rubro de la confección y venta de equipamiento para el aire libre (escalada y de camping); empresa que Tompkins vendió en 1969 para dedicarse a sus viajes. 

Un año antes, la pareja y una amiga llamada Jane Tise, comenzaron a vender vestidos de mujer; negocio que con el paso del tiempo se convirtió en ESPRIT, la gran empresa multinacional de la cual Tompkins se convirtió en el director de imagen. Durante su administración ESPRIT creció hasta hasta conseguir más de mil millones de dólares en ventas.

El activista medioambiental Tompkins

Sin embargo, Tompkins comenzó a tomar consciencia de que la industria de la moda generaba importantes impactos negativos en la ecología. Es por esta razón que decidió abandonar el mundo de los negocios en aquel rubro y vendió su parte de Esprit a Susie, quien en ese entonces ya no era su esposa, pues en 1993 se casó con Kristine McDivitt. Si con su primera mujer compartió en los negocios, con su segunda se dedicó a la conservación de la naturaleza.

Cuando tenía más de 45 años, el fundador de las firmas The North Face y ESPRIT se empezó a interesar cada vez más en el activismo ambiental y motivado por esos principios creó Foundatión for Deep Ecology

Durante esos años Tompkins se asentó en el sur de Chile y fundó también The Conservation Land Trust (CLT), cuya misión es “la creación y/o expansión de parques nacionales o provinciales para asegurar la perpetuidad de los procesos ecológicos y la evolución con las máximas garantías posibles […] protección de la vida silvestre, reintroducción de especies extintas, restauración de paisajes”, así lo señalan en su sitio web.

Otra lucha que ha dado Tompkins es el oponerse a la construcción del megaproyecto hidroeléctrico Hydroaysen. Patagonia Sin Represas es una de las campañas más famosas del millonario estadounidense.

Dueño del sur de Chile

El ex empresario textil comenzó una cruzada por la preservación de la biodiversidad y paisajes silvestres. Por ello, Tompkins adquirió vastas extensiones de tierra, para luego transformarlas en parques nacionales. Los principales santuarios que nacieron gracias su iniciativa son dos: Pumalin y Corcovado.

El parque Pumalín es el más simbólico de sus poseciones. Ubicado en la provincia de Palena, Región de Los Lagos, tiene una extensión de 300.000 hectáreas. Tompkins comenzó comprando el fundo Reñihue en 1991, para terminar con la explotación de sus bosques. Posteriormente, de manera paulatina en la siguientes décadas, el CLT anexó 280.000 hectáreas al rededor de este campo para luego donarlo a la Fundación Pumalín.

Otra gran adquisición es el Parque Nacional Corcovado que fue compró el año 1994 en sociedad con el millonario y filántropo, Peter Bucley. Fue comprado cuando tenía una superficie de 208.000 hectáreas de bosque nativo.

Durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos, en el 2005, ambos parques fueron declarados como Santuario de la Naturaleza.

Otras propiedades, pero no menos pequeñas, son los fundos: La Confluencia, Hornopirén, Los Leones, Pillán, Reñihué, Río El Amarillo, Río Gonzalo, Las Rosas y Vodudahue.

Su última polémica

El año 2013, Douglas Tompkins donó al gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera más de 38 mil hectáreas de la Hacienda Yendegaia. Entre las condiciones impuestas para hacer efectivo el traspaso de terrenos estaba la licitación de un contrato entre la Fundación Yendegaia y el cazador Miguel Luis Serka.

A juicio de la Fundación, el deterioro al ecosistema y el supuesto daño que los caballos estarían generando en otras especies justificaban su caza, por lo que autorizaron a Serka a eliminar a los equinos durante los próximos 4 años.

El gobierno actual, a través del Ministerio de Bienes Nacionales condenó la situación señalando que nunca se ha autorizado la caza de caballos salvajes y tomó una drástica decisión al suspender el proceso administrativo de donación hasta que la Fundación Yendegaia aclare los hechos.

Mira acá el informe de Teletrece sobre la muerte de Douglas Tompkins

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