Este martes 20 de mayo entra en vigencia en nuestro país la nueva ley de vapeadores, orientada principalmente a regular la venta y consumo de estos cigarrillos electrónicos.

Uno de los principales cambios que introduce la Ley 21.642 es la prohibición total de la venta de vapeadores a menores de edad. Este aspecto hasta ahora no estaba regulado; sin embargo, la normativa “asimila a producto de tabaco los sistemas electrónicos de administración de nicotina, mecanismos semejantes sin nicotina y productos de tabaco calentado”, regulando los dispositivos alternativos con o sin nicotina.

Asimismo, la normativa busca concientizar sobre los daños y riesgos que tiene para la salud el utilizar este tipo de productos. En ese sentido, los vapeadores deberán incorporar una advertencia de que son potencialmente adictivos.

Otro aspecto de la ley también contempla restricciones a la publicidad de los vapeadores. Por ejemplo, en los puntos de venta ésta no debe ser visible desde el exterior ni estar ubicada cerca de productos dirigidos a niños, niñas y adolescentes.

Acerca de su consumo, queda restringido en lugares cerrados de uso público, tal como establece la norma que rige para el consumo de cigarro tradicional.

La broncopulmonar del programa A Todo Pulmón de Clínica Alemana, doctora Karen Czischke, advierte que estamos frente a un verdadero boom en el uso de vapeadores entre adolescentes. 

Explica que esto se debe, en parte, a que “pasan piola a los ojos de los cuidadores, tienen sabor a chicle e incluso a cookies and cream. Y, además, existe el mito de que son inofensivos para la salud”.

Por ello, señala que esta nueva normativa es clave para generar mayor conciencia tanto en los jóvenes como en los padres

Los cigarrillos electrónicos fueron introducidos por la industria del tabaco en 2004, pero su presencia en el país se registró por primera vez en 2014. Inicialmente, se crearon como una alternativa para reducir el consumo de tabaco; sin embargo, la misma industria identificó un nuevo público objetivo: los futuros fumadores y quienes lo consumen como entretenimiento social, es decir, los jóvenes.

El impacto de los vapeadores en los adolescentes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 37 millones de niños entre 13 y 15 años consumen tabaco en todo el mundo. Entre las razones, la doctora Czischke destaca:

  • La forma de los vapeadores los hace poco perceptibles para los adultos cuidadores. Algunos, incluso, se confunden con un pendrive.
  • Su llamativo olor capta la atención de los adolescentes.
  • La amplia y novedosa gama de sabores, como chicle, cookies and cream y menta, entre otros.
  • El bombardeo publicitario que incentiva su consumo.

Daños a la salud bronquial

A pesar de que los cigarrillos electrónicos llevan una década en el mercado, aún no existen suficientes estudios que permitan comparar sus efectos con los del cigarrillo convencional. No obstante, se sabe con certeza que el humo que se inhala es caliente y contiene entre 4.000 y 7.000 partículas distintas.

El acto de vapear es percibido como inofensivo para el organismo, pese a la alta presencia de compuestos como propilenglicol y glicerina vegetal, los cuales se transforman en acroleína, una sustancia que genera estrés oxidativo y que, en conjunto, es potencialmente cancerígena y dañina para las vías respiratorias. Asimismo, el diacetilo presente en algunos líquidos puede provocar bronquiolitis constrictiva, una enfermedad irreversible que no tiene tratamiento.

Principales perjuicios para la salud

  • Aumento de la inflamación en las vías respiratorias, lo que puede causar bronquitis y producción excesiva de flemas.
  • Mayor riesgo de síntomas en personas con enfermedades crónicas como el asma.
  • Disminución de la capacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones, especialmente bacterianas y respiratorias.
  • Daño estructural en los pulmones (enfisema) y en las vías respiratorias.
  • Aumento de los casos de insuficiencia respiratoria, lo que sobrecarga los servicios de urgencias.

También se han reportado incidentes por explosión de estos dispositivos. “Estos artefactos contienen una batería de litio, la cual en algunos casos ha provocado quemaduras en manos y rostro”, aclara la especialista.

Si bien estos dispositivos fueron creados como una herramienta para dejar de fumar, el hábito que generan los cigarrillos electrónicos y vapeadores lleva a que los usuarios se acostumbren a su uso. Como resultado, muchas personas se convierten en fumadores duales (tabaco y vapeo) o recaen en el consumo de cigarrillos tradicionales tras intentar dejarlos, concluye la doctora Czischke.

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