A oídos de cualquier persona que no entienda el contexto, la conversación telefónica que se reproduce más adelante parece un simple diálogo relativo a una empresa de pesca en alta mar.

Sin embargo, se trata de una interceptación telefónica realizada por la policía al celular de un narcotraficante que enviaba clorhidrato de cocaína desde Camiña a La Pintana, donde la recibían varios sujetos que —según la indagatoria efectuada por la fiscalía y la PDI— eran encabezados desde un recinto penitenciario de Santiago centro por Alejandro Rodríguez González.

En la escucha, el individuo que llama, Mauricio Mamani, más conocido como “Mauri”, en realidad estaba pidiendo algo más que una predicción sobre el estado del clima o el del mar. En efecto, utilizando palabras en clave, solicitaba a la mujer con quien habla que la tía de ésta, una supuesta “bruja”, le indicara si la policía andaba cerca de ellos o no y si era buen momento para viajar a Santiago a efectuar una entrega de drogas.

Luego de comunicar a la “comadre” que ya le había depositado a la tía, pero que aún le debía 50 mil pesos (porque, claro, las “brujas” no trabajan gratis) se escucha lo siguiente:

Conversación telefónica interceptada

—Así que ahí estaríamos ya al día con la tía, comadre.

—Ya.

—¿Y no le ha dicho ná?

—No, me dijo que estaba así un poco… este… que había mucho movimiento, dijo que había mucho movimiento.

—Ya…

—Estaba muy movido.

—Ahhhh, sipo’, si hemos trabajado más que la cresta —responde “Mauri”.

—Dijo que está muy movida la esta, así que un poco calmao’ nomás…

—Ah, ya… que, como se llama, que fluya… (risas)

—Sí, porque está muy movido, dijo (ininteligible).

—Que fluya.

—Y que no salgan los barcos a pescar, mejor, todavía no —especifica la intermediaria de la supuesta “bruja”.

—Están ahí en San Marcos mi ahijado, o sea, mi sobrino con mi ahijado. Están esperando pa’ salir a, ¿cómo se llama? Pa’ fuera, pa’ la mar.

—Ya.

—Entonces que ella avise.

Al final del diálogo la mujer insiste en que debe depositar los 50 mil pesos restantes y “Mauri” le promete que así lo hará. Como descubrió la PDI, “salir a la mar” o a pescar eran las palabras convenidas para referirse a un envío de drogas a Santiago, y el uso del concepto de “movimiento” se refería a la acción policial. “San Marcos”, en tanto, era Arica.

Por supuesto, las predicciones de la “bruja” terminaron por no servir de mucho pues, en un operativo liderado por la Brigada Antinarcóticos Metropolitana y la Fiscalía Regional Sur, tanto “Mauri” como varios miembros del grupo, incluyendo al líder, terminaron detenidos, incluyendo al líder, incautándoseles 600 kilos de cocaína.

La antigua religiosidad. Los delincuentes chilenos (al igual que casi todo el país) siempre han sido muy religiosos y la matriz dominante en dicho sentido siempre ha sido el catolicismo. Un ejemplo de ello es lo que relató en su juicio Marcelo Gaete Bolados, líder de la famosa banda de “Los Gaete”, el cual contó que luego de quedar en libertad el año 2008, salió de la cárcel de Los Andes levantando sus brazos al cielo y dando gracias a Dios por su libertad.

  • Luego de ello, explicó que “Le había hecho una promesa al señor, que cuando saliera de la cárcel iría a darle las gracias a la iglesia”, por cual partió a cumplir su compromiso celestial a una iglesia de Cerrillos.
  • Otro miembro del grupo, Juan Garrido, que además era lanza internacional, aseguraba que cuando regresó de un fructífero viaje “de trabajo” a España lo primero que hizo fue partir al Santuario de Teresa de Los Andes, a agradecer.
  • De hecho, es conocida la devoción en el mundo del hampa común por la Virgen de Monserrat, también conocida como “La Cholita”, y en su santuario, ubicado en avenida Recoleta, es frecuente encontrar placas y mensajes de agradecimiento dejados por delincuentes.
  • En 2019 la PDI detuvo al interior de la población La Legua a tres sujetos que formaban parte de dos grupos de traficantes de drogas. Además de estupefacientes, les incautaron dinero, municiones, una pistola y chalecos antibalas. Como informó TVN, uno de ellos llevaba en su pecho dos frases bíblicas: “Volveré mi mano contra ti y limpiaré hasta lo más puro de tus escorias, y quitaré toda tu impureza” (Isaías 1:25) y “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23), lo que a juicio de fuentes policiales decía relación con la exacerbación de una creencia muy extendida en el hampa chilena: que el portar cruces, medallas o rosarios al momento de delinquir es, de algún modo, una especie de protección frente a las balas de los rivales o de la policía.

El cambio. No obstante, dicha matriz religiosa, tradicional de Chile, está cambiando en la narcocultura y hoy por hoy es frecuente, sobre todo en la zona norte y especialmente en el ambiente de los narcotraficantes, la creencia en “brujas” o “brujos”, personas que por medio de la lectura del tarot, el estudio de las hojas de té o cualquier otro tipo de sortilegio, son supuestamente capaces de indicar si la policía anda cerca, si van a ser víctimas de una emboscada o si es una buena fecha para entregar la droga.

  • Como es cuestión de fe, los narcos creen a pies juntillas las seudo predicciones y a pocos (al parecer) se le pasa por la cabeza la posibilidad de que, en realidad, los estén embaucando.
  • Uno de los primeros casos en que se detectó aquello fue en la investigación que efectuó la Fiscalía Centro Sur en contra de un grupo de narcotraficantes que traficaba cocaína en la comuna de Pedro de Aguirre Cerda, el que fue detenido en 2010 con casi 430 kilos de dicha droga y 7.5 millones de pesos en efectivo.
  • En el juicio en contra de la organización criminal, uno de los inspectores de la PDI que participó de las pesquisas explicó que el líder de la banda en Santiago, Pablo Eloy Ahumada, se comunicaba con una mujer llamada “Carola”, a la cual  describió como “una especie de bruja” que trabajaba para él.
  • En una interceptación telefónica, explicó el oficial de la Brigada Antinarcóticos, escucharon cómo otro de los miembros de la organización pedía a Eloy que consultara a “Carola” por un vehículo que le parecía sospechoso, para saber quiénes eran los ocupantes del mismo.
  • En otro audio quedó en evidencia que Eloy ordenó al mismo sujeto “que no haga nada hasta el lunes porque la señora Carola le dijo que andaban policías”.
  • A los dos casos anteriores se suma el del ex concejal de la misma localidad del primer caso descrito (Camiña), Javier Challapa, quien fue condenado a 18 años por narcotráfico y lavado de activos, investigación en medio de la cual también aparecieron antecedentes que indicaban que los traficantes consultaban a “brujas”.

La influencia boliviana. El fiscal que investigó ese caso, así como el de los traficantes encabezados por Alejandro Rodríguez, Cristián Suárez, señala que en su experiencia “aquellas personas que están en un nivel alto, incluso de liderazgo dentro del traslado de drogas del norte del país, efectúan sucesivas consultas o solicitudes a ‘brujos’ o a videntes, con el objeto de poder verificar si habría algún tipo de problema que podría afectarlos en el traslado de drogas desde el norte hasta la Región Metropolitana”.

“Ha existido una influencia de costumbres de narcocultura respecto del traslado de droga, que viene precisamente desde narcotraficantes bolivianos”.

  • En ambos casos el proveedor de drogas era de origen boliviano y ante ello el persecutor explica que la creencia en “brujas” o videntes es bastante común “cuando intervienen, en este caso, proveedores de droga bolivianos. Ellos toman contacto con supuestos videntes o supuestos ‘brujos’ con el objeto de poder salvaguardar cualquier tipo de dificultad”.
  • Sin embargo, señala que ese tipo de creencia “se ha extendido también a los narcotraficantes chilenos. También hemos tenido escuchas telefónicas en las cuales interviene un chileno haciéndole las consultas a estos supuestos ‘brujos’ o videntes”, de manera que incluso podríamos decir que en algunos aspectos ha existido una influencia de costumbres de narcocultura respecto del traslado de droga, que viene precisamente desde narcotraficantes bolivianos”.
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