En los últimos años el uso de omeprazol, antiácidos u otros inhibidores de la secreción del ácido en el estómago ha ido en aumento en el tratamiento de cuadros gastrointestinales, pero también como un fármaco para prevenir este tipo de molestias.

Si bien este tipo de medicamento cuenta con un buen perfil de seguridad, no está exento de tener efectos adversos. El docente de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, Enrique Urra, explicó que el uso de estos fármacos podría atenuar síntomas asociados a algunas enfermedades.

“Un ejemplo de lo anterior podría ser el cáncer gástrico, que de no haber sintomatología producto del uso de medicamentos como el omeprazol, por ejemplo, llevaría a retrasar la consulta médica y por ende retrasar el diagnóstico”, puntualizó.

“Otra complicación asociada al uso de medicamentos que modifican el pH gástrico es el riesgo de desarrollar ciertas infecciones, como es el caso de infección por Clostridium difficile, lo que se puede traducir en el desarrollo de diarrea pseudomembranosa”, añadió.

El Instituto de Salud Pública (ISP) ya había advertido hace algún tiempo que el uso excesivo de omeprazol, especialmente a largo plazo, puede producir reducción del efecto antitrombótico del clopidogrel, provocar deficiencia de vitamina B12 e incrementar el riesgo de osteoporosis y fracturas, así como, si se usa durante el embarazo, aumentar el desarrollo de eventos perinatales y postnatales adversos, entre otros efectos indeseados.

“Otro aspecto para considerar es que la modificación del pH del estómago puede traer consigo alteraciones en la digestión de alimentos y posterior absorción de nutrientes. En la misma línea, existen algunos medicamentos que para absorberse requieren de un medio ácido, por ende, personas que utilizan medicamentos para tratar otras enfermedades, podrían experimentar una menor absorción de aquellos medicamentos y por tanto un menor efecto”, insistió Urra.

“Otros efectos adversos descritos con el uso de omeprazol son el desarrollo de cuadros de estreñimiento o diarrea, cefalea, náuseas, flatulencia, dolor abdominal, vómitos, infecciones respiratorias altas, entre otros”, complementó.

Los expertos han enfatizado en no automedicarse en el uso de estos fármacos.

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