El ministro de Justicia, Luis Cordero, informó sobre las conclusiones que arrojó una investigación de su cartera por el hallazgo de 89 cajas con osamentas no periciadas, que fueron encontradas luego de estar custodiadas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

La ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago Paola Plaza y el Servicio Médico Legal (SML), dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, informaron en febrero el hallazgo de las osamentas que podrían corresponder a detenidos desaparecidos durante la dictadura.

El ministro Cordero reconoció el error a nombre del Estado de Chile e intentó explicar qué fue lo que sucedió durante los 20 años que se tuvo estas cajas con osamentas y no han sido periciadas. 

“Si tuviera que resumir este caso, es un caso de encadenamiento de errores e inexperiencias desde el origen hasta el final, que no solo comprometen al Servicio Médico Legal, sino que comprometen al sistema de justicia en general. Por eso, en algún sentido, entregar este informe es una mínima medida de reparación para los familiares que puedan saber cómo se ejecutaron las cosas , dijo Cordero. 

Según informó el representante del gobierno, en 65 cajas habría material que puede ser usado para las investigaciones y hoy ya se conoce la procedencia de 51 de ellas. De las otras 38 aún no se sabe. 

Cordero además informó que se realizarán sumarios administrativos para determinar eventuales responsabilidades sobre este hecho.

¿Por qué no se indagaron osamentas en 20 años?

Según la investigación del Ministerio de Justicia que detallada por Cordero, el 2001 el juez Juan Guzmán instruyó al Servicio Médico Legal para que enviara las osamentas en custodia a la Universidad de Chile. 

Diez años después, en 2011, se pidió su devolución, pero eso no ocurrió sino hasta enero de 2019. 

“La universidad informó que en 2014 hubo una inundación en el lugar donde estas cajas se encontraban almacenadas. Si bien no las afectaron directamente, es decir estas no fueron inundadas ni se mojaron, dado los efectos que ocurrieron en el recinto, estas fueron contaminadas con un hongo específico”, explicó Cordero. 

“Esto llevó a que la Universidad de Chile, después de esos eventos después de cuatro años, llevara a cabo el proceso de descontaminación. La indagación de la Universidad de Chile ha permitido resolver por qué durante ocho años no hubo información al respecto”, añadió. 

Hoy, las osamentas están en poder de la ministra Paola Plaza, quien está a cargo del seguimiento y las pericias a los restos. 

Publicidad