El Ministerio del Interior junto al Ministerio Público, Carabineros de Chile y otras instituciones presentaron este miércoles, el Informe Nacional de Víctimas de Homicidios Consumados en Chile, que muestra que durante el primer semestre de 2023 hubo una disminución de un 3% de este tipo de delitos en nuestro país. 

El informe entrega un análisis de los últimos seis años, entre los cuales el 2022 fue el año que más homicidios consumados se registraron, alcanzando la cifra de 6,7 víctimas de este delito por cada 100 mil habitantes. 

En la comparación con los datos más recientes, el informe muestra una disminución de la tasa de un 3,3 a un 3,2% en el primer semestre del 2023, en comparación al mismo periodo de tiempo de 2022.

En términos de frecuencia implicó una disminución de 18 víctimas. El primer semestre de 2022 hubo 651 homicidios consumados, mientras que en el primer semestre de 2023, esa cifra disminuyó a 633.

En términos geográficos, 10 de las 16 regiones del país disminuyeron la tasa de víctimas consumados en el primer semestre de 2023, aunque las regiones de Atacama, Valparaíso, O’Higgins, Maule, Aysén y Magallanes muestran un alza. 

Nacionalidad, género y circunstancias de la víctimas de homicidios

En el informe también se evidencia el alza de víctimas extranjeras de homicidios en Chile. Si en el primer semestre de 2018 sólo un 4,9 por ciento de las víctimas de homicidios eran extranjeras, esa cifra llegó a 17,5% en el primer semestre de 2022, y disminuyó a un 15,5% en 2023. 

El Informe Nacional de Víctimas de Homicidios Consumados en Chile también detalla que, en el primer semestre de 2023, el 90,2 por ciento de las víctimas fueron hombres, y un 9,6 mujeres. Entre los hombres, la edad promedio de las víctimas de homicidio es de 34 años, y el tramo de edad de 18 a 29 años concentra el 39,6% de los casos. 

La mayor cantidad de delitos ocurren entre las 18.00 y las 23.59 horas, y los días más frecuentes son los sábados y domingo.

Además, la mayoría de las personas que fueron víctimas de homicidio, murieron producto de la utilización de un arma de fuego (52,9% de los casos), mientras que un 30,6% de las muertes se produjo por objetos cortopunzantes. 

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