La Teletón, uno de los hitos solidarios más emblemáticos del país, ha construido desde 1978 una historia marcada por el compromiso ciudadano y el liderazgo de Mario Kreutzberger, Don Francisco. Sin embargo, dentro de sus más de cuatro décadas de trayectoria, hubo un año que quedó grabado como la excepción: la campaña de 1995, la única que no logró alcanzar su meta de recaudación.
En aquella edición, el desafío era superar los $6.277.027.832, una cifra que duplicaba lo reunido el año anterior y que respondía a la creciente demanda en los centros de rehabilitación. Tras 27 horas de transmisión, el cómputo final presentado en el Estadio Nacional llegó a $5.005.253.668. Aunque en los días posteriores las donaciones continuaron, el monto no alcanzó para cumplir el objetivo.
La meta fue calificada entonces como “demasiado alta”, tal como reconoció Don Francisco tras el cierre de la jornada. “Quizás la meta que nos fijamos hoy fue demasiado ambiciosa. Tal vez no supimos motivarlos lo suficiente”, expresó frente a un público expectante y acompañado de reconocidos animadores como Felipe Camiroaga, Antonio Vodanovic, Jorge Hevia y Cecilia Bolocco.
La campaña de 1995, bajo el lema “Nuestra gran obra”, se desarrolló en medio de un complejo escenario económico, marcado por la inflación y la incertidumbre, factores que afectaron directamente el entusiasmo de la ciudadanía. Tanto Kreutzberger como los rostros televisivos que lo acompañaban manifestaron su frustración, pero también destacaron la importancia de aprender de la experiencia para fortalecer las futuras ediciones.
Años más tarde, en 2011, Don Francisco volvió a referirse a ese episodio en el programa "El Menú de Tevito", reflexionando sobre el impacto emocional que generó en el equipo. “Nos sentimos decepcionados, porque pensamos que no fuimos capaces de incentivar a la gente, de explicarle al país, de contarle lo que estábamos haciendo, porque hemos hecho mucho entre todos”, recordó.
Pese a ese tropiezo, la Teletón no solo se mantuvo en pie, sino que continuó cimentando su rol como la campaña solidaria más influyente del país. Incluso enfrentó momentos críticos en otras ediciones, como ocurrió en 2003, una de las jornadas más tensas de su historia.
Ese año, cuando parecía que la meta no se alcanzaría, irrumpió una figura decisiva: Daniela García, una joven estudiante de Medicina que meses antes había perdido sus cuatro extremidades en un accidente ferroviario. Hasta entonces jamás había querido hablar públicamente, pero esa noche decidió compartir su historia. Su testimonio conmovió al país y provocó un impulso inmediato en las donaciones, permitiendo que se reuniera más de la mitad del monto faltante en solo tres horas. “En ese momento estábamos muy cortos, no estábamos llegando a la meta y como el 50% de lo recaudado se recaudó en tres horas gracias a Daniela García“, recordó Don Francisco en Las Últimas Noticias.
Hoy, la Teletón continúa consolidándose como un símbolo de unidad nacional, movilizando cada año a millones de chilenos que, con su aporte, sostienen una obra que ha transformado la vida de miles de familias a lo largo del país.